La Confederación General del Trabajo (CGT) de Murcia abrirá sus puertas este domingo 19 de octubre, a las 19:00 horas, en su sede de calle Floridablanca, 75 (derecha), para celebrar la charla-debate “NO al REARME”, a cargo de Juan Carlos Ríos Alonso, abogado, activista y miembro histórico del Colectivo Antimilitarista Tortuga.
El acto, que se retransmitirá simultáneamente en Extremadura, Castilla y León, Madrid, Asturies y Murcia, forma parte de una movilización estatal bajo el lema “Actividades contra el Rearme y la Deshumanización”, con la que el movimiento antimilitarista quiere poner en evidencia la creciente militarización de Europa y el desvío masivo de recursos públicos hacia la industria armamentística.
“El rearme no es defensa, es negocio”
Desde CGT denuncian que el rearme europeo no responde a una lógica de seguridad colectiva, sino a una estrategia empresarial y especulativa donde los mismos fondos financieros que antes inflaron burbujas inmobiliarias o alimentarias, ahora han encontrado en las armas un nuevo nicho de rentabilidad.
“El rearme se disfraza de recurso estratégico, pero su verdadero propósito es el beneficio privado a costa del dolor, el miedo y la destrucción”, subrayan desde la organización.
Durante la charla, Ríos Alonso desgranará la opacidad de los presupuestos de Defensa y revelará el volumen real de gasto militar en el Estado español, muy superior al declarado oficialmente, al incluir partidas camufladas en otros ministerios.
El resultado —afirman— es un modelo económico en el que las políticas de guerra se sostienen recortando derechos sociales, bajo el eufemismo de la austeridad: “La factura del rearme saldrá de las ya escasas partidas para sanidad, educación, vivienda o dependencia”.
De Palestina a Abya Yala: los territorios saqueados por la lógica bélica
El acto también pretende conectar el rearme europeo con las guerras y ocupaciones en curso. Los países occidentales, denuncian, utilizan su poder militar para asaltar y saquear regiones como Palestina, el Kurdistán, África o Abya Yala (América Latina), asegurando así el control de recursos naturales, mercados y rutas comerciales.
“Los pueblos no quieren la guerra. Quieren ocuparse de las urgencias de la Tierra, de todos sus habitantes —humanos y no humanos—. Quieren apostar por los cuidados, el diálogo y la diplomacia, nunca por el saqueo ni la destrucción”, reivindican desde CGT.
Rheinmetall: la fábrica de muerte que crece en Murcia
Uno de los ejes centrales de la movilización es la denuncia a la multinacional alemana Rheinmetall, uno de los mayores fabricantes de armas del mundo. La empresa ha incrementado sus inversiones y beneficios en España, y la planta de Javalí Viejo, en Murcia, se ha convertido en un signo del expansionismo armamentístico y sus consecuencias locales.
Las anarcosindicalistas denuncian que la fábrica murciana no ha dejado de aumentar su producción desde su adquisición por Rheinmetall, mientras se deterioran las condiciones laborales y se acumulan accidentes y muertes en su interior. “Cada bomba fabricada es una vida destruida, aquí o a miles de kilómetros. Murcia también participa, a su pesar, en la cadena global de la muerte”, apuntan desde el colectivo.
Esta campaña de denuncia, “Stop genocidios: Rheinmetall, fábrica de muerte”, articula acciones coordinadas en los territorios donde la compañía mantiene filiales, exigiendo el fin del comercio de armas y la reconversión industrial hacia sectores civiles y sostenibles.
Una crisis moral y democrática
CGT advierte que la militarización no solo empobrece los presupuestos públicos, sino también el espíritu democrático. En un momento de crisis ecológica y desigualdad creciente, los gobiernos europeos refuerzan sus vínculos con la industria armamentística en lugar de promover el alto el fuego, el diálogo o el socorro humanitario.
“La peor crisis de todas es la moral”, sostienen. “El rearme no solo destruye vidas, sino también la conciencia colectiva. Mientras se apagan las voces por la paz, se normaliza la barbarie”.
Por un futuro de paz, cuidados y justicia social
La CGT llama a la ciudadanía murciana a participar y reflexionar colectivamente sobre el papel que juega la región en esta maquinaria bélica global. Frente a la lógica del beneficio y la muerte, el sindicato reivindica una economía de paz y cuidados, donde los recursos públicos se destinen a escuelas, hospitales y emergencias naturales, no a la producción de armamento.
“Rheinmetall es una fábrica de muerte.
Matar no arregla nada.
Gastos militares para escuelas y hospitales.
Gastos militares para emergencias naturales.
Los pueblos quieren paz y prosperidad, ya.”

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