
El pasado miércoles 3 de diciembre, el Congreso Nacional de Argentina volvió a ser el escenario de dos realidades antagónicas. en las inmediaciones de la sede parlamentaria, el Congreso se blindó por las fuerzas represivas para impedir que se escuche el reclamo de los jubilados, los trabajadores del Garrahan y el colectivo de discapacidad. Adentro, bajo la atenta y cínica mirada de Javier Milei desde el palco central —acompañado por su hermana Karina y el vocero Adorni—, se consumaba el circo de la democracia burguesa con la jura de los nuevos diputados y la repartija de sillones.
En este escenario de podredumbre institucional, donde la Libertad Avanza (LLA) celebraba su consolidación como primera minoría gracias a la traición abierta de gobernadores «peronistas» como Jalil y Jaldo, solo una fuerza alzó la voz para romper el pacto de gobernabilidad: el Frente de Izquierda y de los trabajadores, liderado por Myriam Bregman.

Un mandato conquistado contra la polarización
La presencia combativa de Myriam Bregman, Nicolás del Caño, Romina del Plá y la entrada de Néstor Pitrola (por la rotación de bancas del FIT) no es casualidad. Es el resultado de una elección histórica en octubre de 2025, donde la izquierda resistió los intentos de polarización.
Mientras el peronismo de «Fuerza Patria» se hundía en su propio fracaso y la Confederación General del Trabajo de la República Argentina (CGT) traidora garantizaba la paz social al ajuste, el FIT se consolidó como tercera fuerza en CABA (superando el 9%) y en la Provincia de Buenos Aires (más del 5%), además de una elección formidable en Jujuy con casi el 10% de los votos. Como indica la formación socialista, estos escaños son la expresión política de la resistencia en las calles, del apoyo de trabajadores rurales, azucareros, docentes y estudiantes que ven en la construcción de un gran partido de la clase trabajadora la única salida al abismo capitalista.
El combate en el recinto: «¡Tomá!»
La sesión preparatoria sirvió para clarificar el mapa político: están los oficialistas, los colaboracionistas del PRO y el peronismo federal, y está la Izquierda.
El momento de máxima tensión llegó con las juras. Lejos del protocolo acartonado, los diputados del FIT utilizaron la tribuna para denunciar al imperialismo yankee y al gobierno represor de Milei. Esto desató la furia de la bancada ultraderechista, encabezada por la diputada y peluquera presidencial, Lilia Lemoine, quien desde primera fila —estratégicamente ubicada para las cámaras— intentó, sin éxito, acallar los juramentos.

Nicolás del Caño fue el primero en romper el silencio cómplice. Juró por los jubilados, por la salud, y lanzó una consigna que retumbó en el recinto ante la inminente injerencia norteamericana: «¡Fuera Trump de Venezuela y de América Latina!». Ante los aullidos de Lemoine gritándole «jurá por tu país», Del Caño, reivindicando el internacionalismo proletario y el socialismo, le respondió con un contundente: «¡Tomá!».
Acto seguido, Romina del Plá, vistiendo una remera con la sandía (símbolo de la resistencia palestina), juró contra la reforma laboral que preparan Milei y los grandes empresarios, y por el derecho del pueblo palestino a existir «desde el río hasta el mar», denunciando la barbarie sionista avalada por el gobierno argentino.
Bregman contra el «gatito mimoso» del imperialismo
El enfrentamiento escaló con la jura de Myriam Bregman. La dirigente del PTS-FIT y diputada por CABA, donde la izquierda se consolidó como tercera fuerza con más del 9% de los votos, no tuvo piedad con los negacionistas que hoy gobiernan. Juró «por los 30.000 detenidos-desaparecidos» y, señalando directamente al palco presidencial y a la bancada oficialista, denunció la complicidad de Milei con la masacre en Gaza: «Contra el genocidio en Palestina, donde el presidente Milei es un aliado político del carnicero Netanyahu»
Bregman protagonizó el cruce más duro de la jornada. Harta de las interrupciones de la diputada libertaria, quien no paraba de gritar, disparó por el micrófono tras el juramento, “Y que esta señora se calle la boca porque la verdad nos tiene re cansados”, cerró.
















