Escrito por José María Martín-Ávila, militante histórico del PCRM
Ni san Balfour, ni Sta. ONU ni Sta. Casa Blanca ni Sto. Kremlin tenían derecho a proclamar un estado israelí para los profesantes de la religión judía en el seno de la patria de los palestinos, Palestina.
A los propalestinos, antisionistas, con frecuencia se nos dice que somos antisemitas. A mí mismo, tras una carta a El País Semanal en los años 70, en la que hablaba de un estado laico palestino en el que convivan tanto judíos como árabes sin discriminaciones, me contestaron que mis antepasados participaban en los autos de fe de la Inquisición española.
Voy a intentar analizar dónde está el antisemitismo.
La Sta. Madre Iglesia, Católica Apostólica y Romana, desde el minuto cero proclamó a los judíos como asesinos de Cristo, y de esta manera inculcó el antisemitismo en la genética de los cristianos. Todos los antisemitas que conozco son de familia antisemita, conservadora, reaccionaria y fervientes seguidores de la Iglesia Católica Romana.
A los judíos se les acusa de usureros. En la Edad Media, las religiones cristianas y musulmanas prohibían el prestamismo; la judía no, y por ello los reyes cristianos recurrían a los judíos. Prestamismo es, por ejemplo, la banca, y que yo sepa nadie incitó a aporrear a la familia florentina de los Médicis, ni ahora a la familia Botín.
Durante el reinado en Francia de Felipe IV, “el Bello”, el reino tenía poco dinero y muchas deudas. Así, a los prestamistas judíos, aprovechando el populismo antisemita, en el año 1306 los expulsó y de esta manera se libró de la deuda y, de paso, confiscó sus propiedades. En 1421, en el archiducado de Austria ocurrió exactamente lo mismo, y por supuesto que no son las únicas expulsiones transcurridas de esta manera. Los judíos eran asesinos de Cristo y prestamistas, así que eran presa fácil para los populistas racistas.
En 1939 salía del puerto de Hamburgo el transatlántico St. Louis con destino a La Habana. A bordo iban 937 judíos que huían del nazismo. En La Habana no dejaron que el barco atracara y en EE. UU. no admitieron que desembarcasen los pasajeros judíos. En Gran Bretaña, Francia y Holanda sí admitieron judíos, pero en un porcentaje. De modo que 254 judíos tuvieron que volver a Alemania, y ya sabemos lo que les esperaba.
Tras finalizar la Segunda Guerra Mundial, para muchos judíos regresar a casa significaba enfrentarse al antisemitismo persistente. Los judíos que sí regresaron a sus países de origen se enfrentaban con frecuencia a hostilidad y violencia. Por ejemplo, 42 sobrevivientes del Holocausto fueron asesinados en julio de 1946 durante un disturbio antisemita en el pueblo polaco de Kielce. O sea que el motivo de crear un estado para los judíos no fue solo por consideración al terrible Holocausto nazi, que asesinó a 6 millones de judíos, sino también para no readmitir a los judíos supervivientes en sus poblaciones anteriores al Holocausto.
Y ahora una reflexión. Somos los que ahora estamos en el campo de los defensores de los derechos humanos —la causa palestina, el trato humano de los inmigrantes, el medio ambiente, la sanidad y la enseñanza para todos, etc.— los que, si en un túnel del tiempo se nos trasladara, por ejemplo a España, a los tiempos de los Reyes Católicos y posteriores reyes Austria, nos hubiéramos opuesto a las políticas represivas y racistas, la expulsión de los judíos y demás patriotadas raciales. Seríamos nosotros.
Por el contrario, vosotros, fachas que lucís la bandera israelí y los que van a pelar la pava con el carnicero Netanyahu, en el mismo túnel sí seríais los que persiguen y expulsan a los judíos.
Otra reflexión: ¿quiénes eran los terroristas? ¿Los indios pieles rojas que asaltaban las caravanas de colonos que iban a asentarse en la tierra de los indios o los civilizados blancos que exterminaron a las razas indias?
La Mosca cojonera
