escrito por Martín Stutz
Bajo una fina lluvia de este frío invierno, decenas de personas se agrupan en el paseo del Malecón de Murcia. Son aquellos sin hogar, los que nunca miramos. Son los invisibles. Para ellos no existen nuestros alegres festejos, pero hoy vendrán los reyes magos. Un murmullo crece en el grupo. Han pasado las más terribles de las penalidades pero sus ojos se encienden de esperanza, pues están llegando los voluntarios de la asociación ABETO (Asociación Benéfica Ecosostenible de Trabajo Ocupacional).
Momentos después viene Leonor con su coche, lleno de sorpresas. Está colmado de roscones de reyes, cientos de ellos, así como empanadillas y muchos otros alimentos, donados por supermercados de la localidad, vecinos de Murcia o comprados por la asociación. También trae café, leche y azúcar para complementar un valioso desayuno, el cual no reciben en otra parte.
En ese momento llega Gloria en su furgoneta, con las preciadas prendas de abrigo. Es el recurso más valioso, la ropa y las mantas para soportar el intenso frío. Las penalidades de estas personas se incrementan, debido a las órdenes de recogida por parte de los servicios municipales del Ayuntamiento de Murcia, quienes requisan sus escasas pertenencias, incrementando el dolor y la angustia de vivir sin un techo.
«Nosotros queremos construir. Creemos en un mundo mejor, aportando lo que tenemos cada una», nos comenta María, una de las voluntarias de ABETO. Su visión por un mundo más justo, sin hambre, se plasma en un firme compromiso diario, cubriendo las necesidades básicas de personas refugiadas, amordazados y maltratados por dictaduras militares en países sin derechos humanos. Muchos otros son «de aquí», y las consecuencias de la mala fortuna o el desengaño los han traído a las calles.
Otra de las voluntarias de la asociación nos impacta con su valioso retrato. Es trabajadora social y lleva décadas colaborando en proyectos sociales contra el hambre en distintas partes del país y de Europa. Sus ojos nos iluminan con esperanza, pero nos cuentan las terribles verdades de este sistema absurdo:
«no interesa solucionar este problema. Cuando hay recortes económicos en este ayuntamiento o en cualquier otro, lo primero que se reducen son las ayudas sociales para los más necesitados. Es lógico, ellos no votan, no les interesan a muchos de estos políticos».
Y en esta vorágine de sensaciones intensas, nos llegan noticias desde otro punto de la ciudad. Es en la localidad de Santiago el Mayor, donde la ONG Semillas de Esperanza está repartiendo juguetes para niños de familias necesitadas. Ginés y las voluntarias de Semillas, junto a los reyes vestidos con sus trajes, están regalando ilusión a decenas de niños y niñas.
No nos da tiempo a llegar para cubrir el evento, pues estamos de recorrido con los voluntarios de ABETO, del cual ya nos sentimos parte. Una vez finalizado la mesa de reparto central en el Malecón, se establecen grupos para entregar comida por toda la ciudad de Murcia y muchas otras pedanías. Algunos de ellos se desplazan en coches a familias con necesidades carenciadas, y otros van a pie entregando alimentos, mantas, agua, abrigos y en días especiales como es el de hoy, roscones de reyes.
La voluntaria y trabajadora social de Abeto que nos acompaña, irradia una profesionalidad exquisita. Sus educadas maneras al hablar, nos ilustran con la práctica que respalda una vida entregada a los más necesitadas. De esta forma rompen e iluminan con impacto la distancia que generan dos desconocidos. Así se establece una confianza que nos brinda la posibilidad de generar momentos únicos donde estas personas que viven en las calles abren su corazón, recibiendo a su vez la comprensión y los alimentos de los voluntarios.
Y esta es quizás la más valiosa lección que nos llevamos en este día de reyes tan especial e inolvidable. La solidaridad y la protesta por un mundo mejor se ejercen construyendo, como nos decía María.
Dedicado a todas las personas que viven en las calles. A todos los voluntarios y voluntarias que no cesan en esta batalla por un mundo donde ninguna persona pase hambre, ni frío, ni soledad. A todas las que buscan construir un mundo mejor.