por Martín Stutz
¿Por qué algunos alcaldes se niegan a dialogar con sus vecinos y vecinas? ¿Qué vínculos los unen con empresas millonarias? ¿Cuáles son sus intereses para rechazar toda consulta ciudadana? El caso de Pedro José Noguera es uno de los más conocidos en la Región de Murcia. Es la presunta trama de la instalación de una planta de biometano en el pueblo de Las Torres de Cotillas por parte de la empresa Enagás, una corporación donde el millonario Amancio Ortega figura como principal accionista.
El plan está destinado para esconder bajo tierra los peligrosos deshechos tóxicos de ambiciosos industriales de la élite de las macrogranjas, principalmente El Pozo. Son muy pocos los medios de comunicación que se atreven a realizar una crítica certera de esta macrocorporación, todopoderosa en la Región de Murcia. Son conocidas, a su vez, las presuntas presiones de este lobbie en la Asamblea regional, descolgando los teléfonos para censurar a ciertos políticos y periodistas que ejercen su labor en otros medios. El Pozo y sus filiales, Cefusa, Agrifusa o Fripozo, entre otras, invierten ingentes cantidad de fondos en publicitar grandes medios informativos, con ideologías dispares. Así se explica el que no se discutan las condiciones de explotación laboral a los que se someten a los trabajadores de sus fábricas, especialmente en las líneas de producción. Tampoco de este gran plan para lucrarse a costa de sus deshechos tóxicos, los conocidos purines, en las famosas plantas de biometano.
Tal y como están concebidas en la Región de Murcia, la implantación de las mismas significaría un enorme aumento en la degradación de la calidad del aire y en la salud de los vecinos y vecinas, así como del medio ambiente en las zonas previstas.
Y este es el caso de Las Torres de Cotillas, en Murcia, donde gobierna la coalición de extremas derechas de PP y Vox. La posición del partido defendiendo a las macroempresas ganaderas contaminantes, a costa de la salud de sus votantes, es bien conocida. Y en esta disciplina de partidos, algunos alcaldes juegan a una doble moral. Es el caso de José Miguel Luengo Gallego, en San Javier, quien lanza «fake news» compradas por medios informativos grandes y pequeños, de periodistas que se dicen independientes pero son esclavos de estos políticos, zorros que cuidan el corral. A estas mismas horas figura en el editorial de muchos medios murcianos, el «bulo» de que detendrá la planta, pero como señalaron activistas y miembros de las plataformas ciudadanas a La Protesta: «hasta que el Ayuntamiento no dicte un informe de incompatibilidad para que se utilice el suelo rústico no urbanizable, con el visto bueno de que es incompatible con un uso industrial, no se podría llevar a cabo la planta de biometano de Enagás. Si es verdad que el alcalde quiere detener el proyecto de la planta contaminante, sólo ha de demostrarlo».
Y en otra línea discursiva para ganar tiempo y comenzar las obras de estas peligrosas plantas de biometano contaminantes, figura el caso del obtuso Pedro José Noguera. El pasado 27 de diciembre recibió la protesta de su pueblo en el pleno municipal, al negarse a dialogar con la plataforma apartidista Stop Biogás Las Torres de Cotillas. Desde las redes sociales de la plataforma, han expuesto el siguiente comunicado: