El giro geopolítico de Argelia: de aliado histórico de Palestina a defensor acérrimo de su interés nacional

Argelia escenifica su traición a Palestina en el foro de la ONU: la histórica nación hermana abandonaría a Gaza, persiguiendo su propio progreso interior.

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Análisis del controversial voto de Argelia en la ONU sobre Gaza y las reacciones internas

El quiebre diplomático

En una decisión que ha generado profundo debate en toda la región, Argelia optó por apoyar la controvertida resolución del Consejo de Seguridad de la ONU sobre la administración de Gaza, abandonando décadas de apoyo incondicional a la causa palestina. Mientras potencias como Rusia y China se abstuvieron prudentemente, la postura argelina marcó un antes y después en su política exterior tradicional.

El presidente Abdelmadjid Tebboune, quien históricamente había mantenido una retórica firme contra la ocupación israelí, priorizó lo que el gobierno ha definido como «la recuperación completa de la soberanía nacional» y la «supremacía del interés nacional argelino» sobre cualquier otra consideración regional o ideológica.

Las críticas desde dentro: la voz de la sociedad civil

La reacción más contundente ha surgido, paradójicamente, desde el interior mismo del país. El MSP (Movimiento de la Sociedad para la Paz), el principal partido político argelino con más de 30 años de trayectoria legal y el único que ha operado continuamente desde 1990, emitió un duro comunicado calificando el voto como «una desviación de la línea histórica de Argelia en el apoyo a Palestina«.

Fundado por el sheij Mahfoud Nahnah, este movimiento ha participado en todas las contiendas electorales del país y representa una corriente política alternativa a los militares que han gobernado Argelia desde los años 90. En su declaración, el MSP advirtió que el respaldo a la resolución «no refleja el pulso de la mayoría del pueblo argelino«, profundamente arraigado en la solidaridad con Palestina y el rechazo a la normalización con Israel.

El partido enfatizó que cualquier solución real debe comenzar por el fin de la ocupación y el reconocimiento de todos los derechos del pueblo palestino, incluido el derecho a la resistencia, y alertó sobre la imposición de una tutela internacional parcializada sobre Gaza.

La justificación oficial: la primacía del interés nacional

Frente a las críticas, el gobierno argelino, a través de su agencia oficial de noticias, justificó la decisión argumentando que «el Estado argelino ha recuperado todas sus prerrogativas y es amo de todas sus decisiones, las cuales no le son impuestas más que por el interés nacional y el bien común«.

La diplomacia argelina dejó claro que sus cálculos se basaron exclusivamente en la agenda nacional: las relaciones con la administración Trump, la cuestión del Sáhara Occidental, los programas de armamento y otros intereses geoestratégicos. En otras palabras, la causa palestina, en esta ocasión, fue considerada subsidiaria de las necesidades del Estado argelino.

El texto oficial fue explícito: «cuando aprobamos esta resolución sobre Gaza, buscamos el interés nacional argelino, no el palestino«, una frase que para muchos representa la materialización de un pragmatismo geopolítico sin precedentes en la política exterior de Argelia.

El contexto internacional: una resolución controvertida

El proyecto de resolución, presentado por Estados Unidos y respaldado por la administración Trump, establece la creación de una «fuerza de estabilidad» internacional en Gaza y un «Consejo de Paz» que sería presidido por Donald Trump hasta diciembre de 2027, con poderes cuasi absolutos sobre los asuntos civiles, de seguridad y económicos del territorio.

Activistas y analistas occidentales, como la estadounidense Medea Benjamin, el periodista británico Robert Fisk o el ex funcionario de la ONU Craig Mokhiber, han calificado la resolución como «una mancha vergonzosa» para la ONU y «el entierro del derecho internacional«. Curiosamente, las críticas más virulentas han provenido de círculos pro-palestinos en Occidente, mientras que la mayoría de los gobiernos árabes e islámicos han optado por el silencio o el apoyo tácito.

Una lección pragmática para Palestina

El analista concluye que Argelia, al igual que otros países, está priorizando sus intereses soberanos sobre las retóricas panárabes o panislamistas que durante décadas se instrumentalizaron políticamente en detrimento de la causa palestina. La decisión argelina, por dolorosa que sea para muchos, refleja una realidad geopolítica: en el mundo contemporáneo, los Estados actúan primero en función de su beneficio nacional.

El mensaje implícito a la dirigencia palestina es claro: debe dejar de depender de los «hermanos árabes e islámicos» y construir su estrategia sobre la base de su propio interés nacional, aprovechando la fuerza moral y el apoyo popular global generado durante años de conflicto, en lugar de esperar solidaridades estatales que históricamente han sido efímeras o interesadas.

La encrucijada argelina

La polémica ha expuesto una tensión fundamental entre la retórica revolucionaria histórica de Argelia y la realidad pragmática de su diplomacia actual. Mientras el gobierno defiende su derecho a decidir soberanamente, la sociedad civil organizada, representada por un partido con décadas de legitimidad, cuestiona el costo moral y político de abandonar una posición histórica que durante generaciones definió la identidad internacional del país.

La pregunta que permanece es si este episodio representa un giro temporal o definitivo en la política exterior argelina, y qué implicaciones tendrá para el liderazgo de Argelia en el mundo árabe y africano. Lo que es innegable es que la decisión ha marcado un antes y después en las relaciones entre los Estados árabes y la causa palestina, desnudando las prioridades reales que guían la política internacional en la región.


Apéndice I: Relaciones históricas de Argelia con Palestina e Israel

Una relación histórica forjada en la lucha anticolonial

La relación entre Argelia y la causa palestina se remonta a los mismos orígenes de la Argelia independiente. El costoso y violento proceso de independencia contra Francia (1954-1962) imprimió en la joven república argelina un carácter anticolonial que se convirtió en seña de identidad. Esta política exterior se basaba en la «lucha contra el imperialismo», lo que le valió a Argelia el sobrenombre de «Meca de los Revolucionarios».

El movimiento de resistencia palestino encontró sinergias inmediatas con el flamante gobierno de Ben Bella, primer presidente de la Argelia independiente. Yasser Arafat, líder de Fatah, reconoció públicamente que la resistencia e independencia argelina era un ejemplo a seguir para su organización. Desde 1963, Fatah tuvo oficinas abiertas en Argel, apenas un año después de que Argelia alcanzara su independencia.

Momentos clave en el apoyo argelino a Palestina

  • 1968: Argelia medió y negoció con Israel durante 40 días tras el secuestro de un avión israelí por el FPLP, logrando la liberación de 12 rehenes a cambio de la excarcelación de 15 prisioneros palestinos.
  • Guerras árabe-israelíes: Argelia respaldó militarmente a Egipto y Siria, poniendo a su disposición su flota aérea en la Guerra de los Seis Días (1967) y enviando tropas y equipo en la Guerra de Yom Kipur (1973).
  • 1974: Argelia estimuló la creación de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), que sería admitida como observador en Naciones Unidas ese mismo año, coincidiendo con la presidencia argelina de la Asamblea General.
  • 1988: Argelia acogió una cumbre extraordinaria de la Liga Árabe en junio y, en noviembre, fue sede del Consejo Nacional Palestino donde se votó y aprobó la declaración de independencia de Palestina como Estado soberano. Argelia se convirtió así en el primer país africano en reconocer al Estado palestino.

Posición actual y relación con Israel

La posición contemporánea de Argelia hacia Israel sigue siendo de rechazo categórico. El presidente Tebboune declaró en 2025 que Argelia «estará dispuesta a normalizar sus relaciones con Israel el mismo día en que haya un Estado palestino de pleno derecho«. Además, expresó abiertamente su crítica a la «carrera al trote hacia la normalización» que emprendieron países como Emiratos Árabes Unidos, Baréin o Marruecos en el marco de los Acuerdos de Abraham, afirmando que «la causa palestina es sagrada para nosotros y para todo el pueblo argelino«.

Comparativa histórica

PeriodoRelación con PalestinaRelación con Israel
Década de 1960Hermandamiento total con Fatah, apertura de oficinas en Argel, apoyo militar y diplomáticoNegociaciones circunstanciales (secuestro 1968), postura anticolonial
Década de 1970-1980Apoyo a la creación de la OLP (1974), sede de la declaración de independencia palestina (1988)Ruptura de relaciones con Egipto por los acuerdos de Camp David (1978)
Década de 1990-2000Apoyo relegado por la guerra civil argelina (1991-2002)Postura de rechazo mantenida
Era Tebboune (2019-presente)Apoyo diplomático continuado, reconocimiento como causa «sagrada»Rechazo a la normalización hasta la creación de un Estado palestino

Apéndice II: Análisis del giro político y sus implicaciones globales

Factores detrás del giro pragmático

El aparente cambio en la política exterior argelina puede atribuirse a múltiples factores que reflejan la compleja situación geopolítica que atraviesa el país:

  1. Presiones económicas y energéticas: Argelia es una de las diez potencias mundiales de gas natural y entre las veinte en petróleo. Sus rentas energéticas han logrado mantener tradicionalmente la paz social, pero probablemente requieren de alianzas pragmáticas para su comercialización en un mercado global competitivo.
  2. Contexto regional inestable: Argelia está rodeada de zonas de conflictos políticos e inestabilidad a lo largo de la mayor parte de sus 6.343 km de frontera terrestre: Libia, Níger, Malí y el Sáhara Occidental. Esta situación obliga al país a realizar cálculos de seguridad complejos que pueden priorizarse sobre la solidaridad ideológica.
  3. Competencia con Marruecos: La histórica rivalidad con Marruecos se ha intensificado recientemente, especialmente después de que España y otros países mostraran su apoyo al plan de autonomía marroquí para el Sáhara Occidental. Argelia considera el Sáhara Occidental un caso claro de descolonización y lo ve como catalizador de crisis.
  4. Intereses estratégicos diversificados: Argelia busca mantener una política exterior independiente y basada en principios que le permita equilibrar relaciones con distintas potencias. La firma de una asociación estratégica con Rusia en 2023, combinada con el desarrollo de una creciente cooperación en defensa con Estados Unidos, refleja este pragmatismo.
  5. Prioridades domésticas: Después del movimiento popular Hirak que provocó la dimisión del presidente Buteflika en 2019, el actual presidente Tebboune necesita abordar demandas internas de reforma y desarrollo económico, lo que posiblemente requiere enfoques más pragmáticos en política exterior.

Implicaciones globales del realineamiento argelino

El giro pragmático de Argelia tiene significativas repercusiones en el equilibrio geopolítico regional y global:

  1. Reconfiguración de alianzas en el Magreb: La decisión argelina podría afectar las frágiles dinámicas de poder en el norte de África, donde Argelia es la principal potencia energética, militar y demográfica del Magreb. Sus movimientos influyen directamente en los equilibrios regionales.
  2. Impacto en la causa palestina: La postura argelina, históricamente una de las más firmes en apoyo a Palestina, marca un precedente significativo en el mundo árabe. De los 54 países africanos, 52 reconocen a Palestina, y un cambio en la posición argelina podría influir en otros países.
  3. Oportunidades para potencias globales: Este giro crea oportunidades para que actores como Estados Unidos fortalezcan su influencia. La cooperación bilateral en defensa entre EE.UU. y Argelia ya se ha materializado en un memorando firmado en 2025, y más de cien empresas estadounidenses operan en Argelia, quince de ellas en el sector petrolero y gasístico.
  4. Tensión en relaciones con España y Europa: La crisis diplomática con España en 2022, provocada por el cambio de postura español sobre el Sáhara Occidental, llevó a la suspensión del Tratado de Amistad entre ambos países. El Congreso español ha instado al gobierno a «restablecer el diálogo político con Argelia», evidenciando la importancia estratégica de esta relación para Europa.
  5. Reposicionamiento en África: Argelia está llevando a cabo una ofensiva diplomática en África, presentada como un esfuerzo por fortalecer la cooperación Sur-Sur. Algunos analistas interpretan esta estrategia como una respuesta al creciente aislamiento internacional de Argelia.

El giro pragmático de Argelia representa así la materialización de un cálculo geopolítico complejo, donde un país con profundas convicciones ideológicas y un historial de luchas anticoloniales prioriza sus intereses nacionales inmediatos en un contexto regional cada vez más fragmentado y competitivo.



Fuentes de información

  1. Análisis geopolítico de Argelia como socio estratégico
  2. Argelia como aliado internacional de la causa palestina
  3. Declaraciones de Tebboune sobre normalización con Israel
  4. Relaciones comerciales UE-Marruecos y el Sáhara Occidental
  5. Prioridades de política exterior argelina y oportunidades para Moscú
  6. Estrategia de Estados Unidos hacia Argelia
  7. Impacto social del deporte en el mundo árabe
  8. La estrategia africana de Argelia
  9. Argelia como primer país en reconocer al Estado palestino
  10. Posición del Congreso español sobre relaciones con Argelia

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