La anunciada Operación Lanza del Sur, impulsada por el Gobierno de Estados Unidos y materializada en el despliegue del portaaviones Gerald R. Ford en aguas del Caribe próximas a Venezuela, ha generado una profunda inquietud internacional. La Red de Intelectuales y Artistas en Defensa de la Humanidad advierte que esta maniobra, presentada bajo el argumento de combatir el narcotráfico, constituye una grave escalada militar que podría derivar en una confrontación directa contra la República Bolivariana de Venezuela.
La Red señala que esta operación se suma a otras acciones bélicas ya presentes en la región y reclama, en primer lugar, condenar y alertar a la comunidad internacional ante lo que considera una nueva provocación del Gobierno estadounidense. Sostiene que, lejos de tratarse de un operativo legítimo, esta estrategia podría desembocar en una masacre y en un profundo episodio de desestabilización geopolítica que afectaría no solo al continente americano, sino al equilibrio global.
Asimismo, la organización denuncia que detrás de esta iniciativa militar se esconden los verdaderos intereses de la llamada “guerra cognitiva” que, según afirma, Washington lleva adelante para desestabilizar al gobierno legítimo de Nicolás Maduro. Esta ofensiva buscaría generar un clima artificial que justifique el uso de la fuerza para imponer un cambio de régimen, alterar la correlación de fuerzas en América Latina y apropiarse de los vastos recursos naturales de Venezuela.
En consecuencia, la Red insta a impedir que el país caribeño sea arrastrado hacia una tragedia que recuerde a los devastadores escenarios vividos en Gaza o en Siria. Por ello exige el retiro inmediato del despliegue militar estadounidense y llama a los gobiernos y organismos multilaterales a actuar con urgencia para detener lo que define como “una locura bélica” capaz de poner al mundo al borde de una guerra de dimensiones incalculables.
Finalmente, la Red defiende el derecho del pueblo venezolano a prepararse para resistir cualquier intento de agresión militar y subraya la necesidad de respaldar el derecho internacional, la autodeterminación de los pueblos y la vigencia de América Latina y el Caribe como Zona de Paz, principios que considera fundamentales para preservar la estabilidad y evitar una escalada irreversible.

















