La Plataforma ciudadana desmiente al alcalde de Lorca, Fulgencio Gil, y exige transparencia y participación ante la proliferación de macroplantas de biogás en el municipio

El colectivo denuncia que Lorca se ha convertido en el epicentro nacional del biogás industrial, en un proceso opaco, peligroso y alejado de los principios de sostenibilidad que promueve la Unión Europea.

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Fulgencio Gil y la desinformación institucional

La Plataforma Stop Biogás Lorca ha desmentido las declaraciones del alcalde, Fulgencio Gil, quien pedía recientemente “tranquilidad” a la población asegurando que las plantas de biogás “son normales en Europa” y que “responden a la agenda del Gobierno de España y de la Unión Europea”. Para el colectivo vecinal, estas afirmaciones son inexactas y engañosas, ya que ni Europa ni España obligan a construir macroplantas privadas, mucho menos concentradas en un único municipio ni ubicadas junto a zonas habitadas, acuíferos o espacios naturales protegidos.

Europa promueve proyectos sostenibles y locales, no macroplantas

Según la Hoja de Ruta del Biogás del Ministerio para la Transición Ecológica (MITECO) y la estrategia europea REPowerEU, la producción de biogás debe realizarse a pequeña escala, vinculada a explotaciones agrarias o polígonos industriales, siempre bajo condiciones de sostenibilidad y ausencia de conflicto social.

Nada de eso ocurre en Lorca, donde los proyectos se sitúan sobre un territorio especialmente sensible: un municipio atravesado por la Falla de Alhama de Murcia, de alta peligrosidad sísmica, y con espacios de enorme valor ambiental como la ZEC Sierra de la Tercia, hábitat de especies amenazadas como la tortuga mora y el lince ibérico.

La Plataforma denuncia que “Europa no pide macroplantas que concentran purines y residuos a kilómetros de las granjas; esa es una interpretación interesada del alcalde”.

Lorca, epicentro del biogás industrial

Actualmente, Lorca acumula trece proyectos documentados, entre plantas en funcionamiento, ampliaciones, tramitaciones y rechazos, una cifra sin precedentes en España. Esta concentración supone un riesgo evidente de colapso ambiental, contaminación de acuíferos y degradación del aire y del suelo.

Entre los más alarmantes se encuentra el proyecto GESALOR, ubicado en suelo no urbanizable protegido, a 1,3 km de la ZEC Sierra de la Tercia y a menos de 2 km de un núcleo habitado. El expediente reconoce emisiones de metano, amoníaco y partículas PM10/PM2.5, tráfico pesado diario y la posible gestión de residuos SANDACH, con impactos sanitarios y de olores que comprometen la calidad de vida de la población.

Europa ya corrige el modelo intensivo

Mientras el alcalde cita a Europa como ejemplo, los países más avanzados están frenando precisamente el modelo intensivo que Lorca pretende imitar. En Alemania, el Gobierno ha limitado la expansión del biogás industrial por sus graves impactos; en Francia, los colectivos ciudadanos han logrado imponer distancias mínimas, cubiertas obligatorias y límites por contaminación y olores; y en Dinamarca, solo se permiten plantas bajo control público y cooperativo.

Ningún país europeo permite concentrar tantas instalaciones industriales en un solo municipio ni situarlas junto a espacios protegidos y núcleos rurales.

Opacidad y vulneración del derecho a participar

La Plataforma denuncia que los proyectos se tramitan sin información pública ni participación vecinal, reemplazando la información técnica por notas de prensa y declaraciones políticas. La ciudadanía, advierten, se ve obligada a revisar el Boletín Oficial cada semana para conocer los avances, vulnerando el derecho a la participación ciudadana recogido en la Ley 27/2006.

La reciente Ley de Simplificación Administrativa de la Región de Murcia agrava el problema, al permitir la autorización de proyectos mediante declaración responsable, eliminando controles técnicos previos y facilitando la implantación de macroplantas sin supervisión.

Exigencias de la Plataforma Stop Biogás Lorca

Ante la gravedad de la situación, la Plataforma exige al alcalde Fulgencio Gil:

  • Paralizar de inmediato todos los proyectos en curso y tramitación.

  • Realizar un estudio ambiental acumulativo e independiente.

  • Convocar una mesa de diálogo con ciudadanía, asociaciones, expertos y sector agrario.

  • Aprobar una regulación municipal específica con distancias mínimas de seguridad y límites de tamaño de las instalaciones.

  • Garantizar vigilancia ambiental y sanitaria independiente, con información pública y sanciones.

  • Publicar un mapa oficial y actualizado de todos los proyectos, informes técnicos y autorizaciones.

  • Visitar personalmente una macroplanta fuera del municipio para conocer de primera mano los impactos reales.

No a la industrialización irresponsable del territorio

La Plataforma Stop Biogás Lorca insiste en que no se opone a las energías renovables, sino al modelo industrial opaco y especulativo que amenaza la salud pública, el aire, el agua y el patrimonio natural del municipio.

“La transición ecológica no puede hacerse a costa de los pueblos. No queremos que Lorca se convierta en el vertedero energético del sureste, sino en un ejemplo de sostenibilidad real y justicia ambiental.”, concluyen en su comunicado.

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