Escrito por Manel Aparicio
El pasado viernes, día 9, en el Hemiciclo de la Facultad de Letras de la UMU, asistimos a un acto potente, de esos que te remueven por dentro. La presentación y el debate anunciados en el cartel fueron más que interesantes: fueron necesarios. Extinction Rebellion moderó con su habitual sentido del espectáculo y su habilidad para captar la atención. Que se note que saben hacer ruido —del bueno—.
El evento contó con varias decenas de asistentes. No está mal, pero seamos claros: tampoco es suficiente. El enemigo al que nos enfrentamos —la industria del biogás que amenaza con expandirse por nuestra región— no va a frenar su maquinaria solo porque seamos correctos o educados. Hace falta volumen. Hace falta presencia. Hace falta rabia canalizada en acción.
Tuvimos la suerte de contar con la presencia de Ángel Hernández, director del documental que vertebró el acto. También participó una portavoz de la Coordinadora Stop Biogás Región de Murcia, y en el público se encontraban representantes de distintas plataformas STOP Biogás.
Las intervenciones de portavoces como José Hernández (Plataforma de Las Torres de Cotillas), Cristina Guerrero (Molina de Segura) y Zorionak Meneses (Mula y comarca) fueron demoledoras. José apeló al compromiso visible: salir a la calle, mostrarse, protestar sin complejos. Cristina convocó a tomar la Asamblea Regional este mes, y Zorionak nos puso frente a una verdad incómoda: las emisiones del biogás no solo contaminan, nos matan poco a poco. Y sí, trajo consigo también una buena noticia, que puedes ver al final del vídeo del acto completo, cuyo enlace está bajo estas líneas.
Pero no todo fue positivo. Había algo que rechinaba. José habló de visibilizarse con camisetas reivindicativas. ¿Cuántas vimos en el evento? Muy pocas. Y, por cierto, ninguna de la Coordinadora. ¿Dónde está el compromiso real, más allá del discurso? ¿Vamos a hacer una lucha por email? ¿A quedarnos mudos para no quedarnos afónicos? ¿A escondernos por miedo a “significarnos”? ¿No aprendimos nada de figuras como Pablo Fajardo, cuya lucha fue tan incómoda como valiente?
Esto no va de comodidad. Esto va de sobrevivir. De alzar la voz, de estar presentes, de hacer bulto y de dar la cara, aunque moleste. Nos están robando la salud y el futuro, y aún hay quien cree que se puede luchar sin mancharse. Alucino.
La lucha social siempre ha sido incómoda. Nunca fue para tímidos. Nunca se ganó con susurros. Es el momento de decidir de qué lado estamos. Porque si no damos un paso al frente ahora, mañana solo nos quedará el derecho al lamento.
Para ver el vídeo del acto completo pulsa aquí