La Filmoteca Regional de Murcia se convierte a partir del domingo en un espacio de memoria, deseo, resistencia y denuncia con el ciclo ¡FILMOTECA ORGULLOSA!, una programación valiente que pone en el centro las voces trans, no binarias, discaqueer, gordas, bastardas, anticoloniales y radicalmente libres.
Desde el domingo 11 hasta el viernes 16 de mayo, las mesas de diálogo y proyecciones programadas a las 18.30h en la SALA B se presentan como una celebración del Orgullo, pero también como un grito político que cuestiona la norma y desborda los márgenes. Este no es un Orgullo comercial ni domesticado: es el Orgullo de quienes han hecho del arte, la disidencia y el activismo su trinchera diaria.
Domingo 11 de mayo abre con Memoria Queer de la Disidencia Murciana, una mesa que nos conecta con las raíces de las luchas LGTBIQ+ en la región. Participan Alba M. Gálvez (@sophiemenade), drag king y artivista, y Silvia Martínez (@soychirvi), gestora cultural feminista bastarda, ambas con trayectorias que encarnan la resistencia cotidiana.
Lunes 12 de mayo, el deseo se politiza en Deseo a cuerpos no normativos y a diversos géneros. Se proyectará el documental YES, WE FUCK, y el coloquio contará con activistas como Flor Oliveira (@oficial_fatland), referente en la lucha contra la gordofobia; María (@__angeldust69), activista discaqueer del Orgullo Crítico; y Begoña Martínez (@minibego), experta en lenguaje inclusivo y deseo queer.
Martes 13 de mayo, se abordará una de las violencias menos visibilizadas: la violencia ginecológica con perspectiva LGTBIAQ+, rompiendo silencios y denunciando prácticas que medicalizan y patologizan identidades disidentes.
Viernes 16 de mayo, se cierra el ciclo con un acto de denuncia internacional: Pinkwashing, el lavado de cara israelí, con la proyección del documental SEATTLE FIGHTS BACK y un debate moderado por el Orgullo Crítico, que desmontará el uso del marketing LGTBIAQ+ para blanquear políticas coloniales y genocidas como las del Estado de Israel.
Este ciclo no solo reivindica la diversidad de identidades, cuerpos y formas de amar, sino que pone el foco en el poder de la cultura como herramienta política, educativa y transformadora. La Filmoteca se convierte así en un refugio, pero también en una barricada