Israel amenaza con repetir la masacre del Mavi Marmara: la Flotilla de la Libertad Madleen, bajo bloqueo electrónico en aguas internacionales

La comunidad internacional guarda silencio mientras Israel prepara una posible agresión militar contra una misión humanitaria con Greta Thunberg a bordo

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A entorno a 100 millas náuticas de Gaza y todavía en aguas internacionales, el barco Madleen, perteneciente a la Coalición de la Flotilla de la Libertad, ha sido objeto hoy de un bloqueo electrónico por parte del ejército israelí, según denuncian activistas a bordo. El objetivo de la nave: entregar ayuda humanitaria urgente a la población palestina cercada por el bloqueo de Israel y denunciar, una vez más, la ilegalidad de ese cerco que ha convertido a Gaza en una prisión a cielo abierto.

Yasemin Acar, periodista y portavoz desde el propio barco, alertaba: “Nos han informado oficialmente de que ha comenzado el bloqueo de señales. Nuestra conexión se ha ralentizado drásticamente, lo que indica que pronto podríamos quedar completamente incomunicadas.”

La embarcación, que zarpó el 1 de junio desde Sicilia, transporta artículos vitales para la supervivencia de la población gazatí: fórmulas infantiles, arroz, harina, pañales, productos sanitarios, kits de desalinización, suministros médicos y prótesis para menores mutilados por los bombardeos.

En su interior viajan 12 personas, entre ellas la activista climática sueca Greta Thunberg y el actor irlandés Liam Cunningham. Su única “arma”: la solidaridad internacional frente a una de las mayores vergüenzas contemporáneas del derecho internacional. Pero el gobierno de Israel no ha dudado en criminalizar la iniciativa.

“He dado instrucciones al ejército para impedir que la flotilla del odio llegue a Gaza. A Greta Thunberg, que es antisemita, y a sus amigos les digo: no llegarán a Gaza.”
Israel Katz, ministro de Seguridad de Israel

Estas palabras, lejos de una simple amenaza, se acompañan de hechos: Israel ha desplegado a los comandos de élite de la unidad Shayetet 13, la misma que en 2010 asesinó a 10 activistas en aguas internacionales al abordar violentamente el barco Mavi Marmara. Según medios israelíes, el operativo actual incluye tres unidades de élite, helicópteros y comandos navales, una preparación militar desproporcionada frente a una embarcación civil y pacífica.

La situación es crítica. Thiago Ávila, activista brasileño a bordo del Madleen, alertaba: “Nuestros sistemas de geolocalización han sido alterados. Nos sitúan en un aeropuerto en Jordania. Sabemos lo que eso significa: se están preparando para interceptar o atacar.”

A pesar de los precedentes sangrientos y las amenazas, el espíritu de la flotilla sigue en pie. Acar insiste: “No llevamos armas. Nuestra misión es puramente humanitaria. Si Israel actúa contra nosotros, será otro crimen de guerra.”

¿Dónde está la comunidad internacional?

Mientras la UE continúa firmando acuerdos comerciales con Israel y las grandes potencias miran hacia otro lado, la población de Gaza sigue sin acceso a agua potable, electricidad, atención médica ni alimentos suficientes. Israel veta la entrada de ayuda, pero compra el silencio de los gobiernos con tratados bilaterales y retórica vacía.

“Mientras el mundo envía armas, nosotros enviamos leche en polvo”, resume Acar. “El Madleen es solo una fracción de un levantamiento global por la dignidad y la vida.”

Exigimos:

  • El cese inmediato de las amenazas militares contra la flotilla Madleen.

  • El respeto al derecho marítimo internacional y la seguridad de sus tripulantes.

  • El fin del bloqueo ilegal e inhumano sobre la Franja de Gaza.

  • Que los medios de comunicación y los gobiernos se pronuncien públicamente contra esta escalada y no legitimen más crímenes con su silencio.

La historia recordará quién envió armas y quién envió pan.

Hoy, las vidas de 12 personas —y la dignidad de la humanidad— navegan en un velero rumbo a Gaza. Lo que ocurra en las próximas horas será responsabilidad de todos.

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