Repensar el punitivismo para alejarnos del feminismo blanco

Una reflexión crítica desde el Movimiento Feminista de Murcia sobre cómo el punitivismo refuerza el racismo y el clasismo, y la necesidad de construir alternativas de justicia más allá de la cárcel.

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Por Lucía Barbudo · Movimiento Feminista Murcia

Con el caso de los empresarios violadores en Murcia y las manifestaciones que se organizaron en la calle desde los movimientos sociales, algunas personas nos dimos cuenta de que nos chirriaba la idea de pedir cárcel desde un posicionamiento feminista.

 

Paradójicamente, es muy difícil pedir cárcel cuando defendemos la justicia social y se hace prácticamente imposible cuando nos nombramos antirracistas porque ya sabemos cómo funciona y desde dónde se articula el engranaje Estado-Policía-Delito. La presencia de la cultura del castigo es tocha en nuestro pensamiento e impregna las lógicas de nuestra cotidianeidad originando la falsa creencia de que el Estado-laPolicía-elCódigoPenal nos van a proteger de las agresiones, de que las cárceles son lugares que guardan una íntima relación con la seguridad de las mujeres. De las mujeres blancas, habría que añadir si queremos ser honestas, porque el feminismo hegemónico es blanco, privilegiado, acomodado, capitalista… ese sí que pide -y a gritos- más cárcel, más código penal, más condenas, más años, más castigo. Las sentencias saben a poco cuando se trata de ajusticiar el honor de las mujeres blancas; «en este país sale barato violar», escuchamos repetidamente, «pocos años me parecen», es una frase recurrente de las believers del punitivismo. Y tiene toda la lógica que haya un feminismo conservador y alineado con el mismo punitivismo, la misma «mano dura» con la que ideológicamente se masturban las ultraderechas. Ese feminismo lleva en su ADN el racismo y el clasismo porque, ¿contra quién ejerce más violencia sistémica el Estado y su aparataje de represión si no es contra la población migrante, racializada, marginada y empobrecida? La ley de extranjería, los CIEs, las políticas de fronteras, la fosa común que es nuestro Mar Mediterráneo, las redadas policiales frecuentes en barrios como San Andrés o el Carmen, la vigilancia constante a los cuerpos que generan sospecha de delito, la presencia policial que sutilmente va mandando el mensaje de que un barrio es más proclive a la delincuencia que otro. Como feministas, nos debería dejar pensando esto de coincidir en nuestras demandas sociales con esos sectores nostálgicos del régimen franquista. Como feministas, qué minimo, deberíamos levantar una ceja cada vez que levantamos un cartel en una mani pidiendo cárcel. Como feministas, deberíamos repensar todo esto de la justicia que se activa con el castigo y dejar de defender, apoyar y reclamar a todas las instituciones que vertebran el poder punitivo del Estado.

 

La necesidad de formación feminista antipunitivista

 

Es desde el caso de los empresarios violadores, como decía al principio, que desde el Movimiento Feminista de Murcia empezamos a organizar un ciclo formativo sobre antipunitivismo que este próximo sábado 27 de septiembre en el Espacio Ajuntaera (C/Simón García, 45) contará con Nuria Alabao para seguir escarbando en estas narrativas con el fin de desprendernos de ellas. Bajo el título «Estrategias antipunitivas en tiempos de reacción», Nuria Alabao nos hablará del contexto en el que se formuló la popularmente conocida como ‘ley del sólo sí es sí’, su evolución y ahondará en el análisis de ese marco político: la convergencia de las agendas del feminismo punitivo y las de la extrema derecha o liberalismo autoritario europeo. Necesitamos debates abiertos y espacios de formación y escucha colectivos que nos ayuden a reflexionar y ser críticas con estas derivas. Sentimos el impulso de articular la acción social y la protesta en la calle desde otras lógicas más en sintonía con los derechos humanos y los feminismos que desconfían de la cultura del castigo y del código penal para defender la emancipación y preservación de todos los cuerpos marginados y disidentes. Elegimos no entender la cárcel como parte de la solución, sino como parte del problema. Elegimos la desconfianza en las herramientas punitivas como posicionamiento político. Elegimos articular otra justicia que nos lleve a una transformación social real y a la reparación del daño. Nos negamos a perpetuar un sistema de pensamiento que hunde sus raíces en la criminalización de la pobreza y el racismo derivado históricamente de nuestro pasado-presente colonial. Queremos invitar desde aquí a todas las personas que quieran pensar juntas en alternativas no punitivas a acercarse a nuestras asambleas y a los eventos que vamos proponiendo.

 

Sobre Nuria Alabao

 

Nuria Alabao (Valencia, 1976) es antropóloga, periodista e investigadora, pero sobre todo es incansable.

Ha participado con su texto: «Hombres jóvenes de piel oscura. Seguridad, femonacionalismo y refuerzo securitario» en «El sentido común punitivo. Debates y resistencias desde los movimientos». También escribe asiduamente y coordina el área de feminismos en Ctxt_es y milita en la revista Zona de Estrategia, dispositivo de agitación social y pensamiento crítico indispensable para analizar los fenómenos políticos del caleidoscopio neoliberal en el que vivimos. Este año se ha publicado su libro «Las guerras de género. La política sexual de las derechas radicales». Este libro analiza cómo, en un contexto de crisis global, las guerras de género se han convertido en la baza que todos los gobiernos quieren jugar en su búsqueda insaciable por el poder político.

 

 

 

 

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