Rebeldes Indignadas llaman a unas “Navidades de la Muerte”: fiestas veganas, decrecentistas y queer

Colectivas activistas lanzan campaña navideña denunciando el holocausto animal, el hiperconsumo navideño como un crimen sin precedentes y, además, un suicidio colectivo, así como la desinformación criminal de gobiernos, empresas, medios y ONGs.

Rebeldes Indignadas os desean unas fiestas libres de consumismo y de Holocausto Planetario, una celebración VegAnarQueer y decrecentista del solsticio de invierno. | Rebeldes Indignadas
Rebeldes Indignadas os desean unas fiestas libres de consumismo y de Holocausto Planetario, una celebración VegAnarQueer y decrecentista del solsticio de invierno. | Rebeldes Indignadas

Rebeldes Indignadas, escisión de Rebelión Científica dedicada a la lucha contra el negacionismo de las principales causas y respuestas ante la mayor crisis de la historia, junto a la nueva colectiva  «Gaia no se Ríe», lanzan una campaña y serie de acciones para denunciar el delirio del consumo de productos animales y del hiperconsumo de productos en general que impera en nuestra sociedad, con la «Navidad» como uno de sus máximos ejemplos, y sustentado por una desinformación radical promovida desde gobiernos, empresas, medios de comunicación e incluso grandes sectores del activismo ecosocial.

La acción consiste en una Unidad Móvil de Información «No Escojáis la Extinción» con estructura portable, carteles y pancartas de la campaña, colores rojo sangre (quizás el verdadero sentido del rojo navideño) y caretas de animales explotados, como parte de una “Rebelión Terrestre” que recorrerá puntos céntricos del centro de Madrid durante los días del bullicio navideño, empezando hoy lunes 29 de diciembre por la mañana donde se han recorrido los ejes peatonales de Plaza Mayor-Sol-Callao y se han leído fragmentos de este comunicado y entregado folletos informativos de la campaña (ver tofos adjuntas). Se realizarán otras intervenciones similares en los próximos días, leyendo la «carta VegAnarQueer a los Reyes Magos» que figura al final de este comunicado. La acción parte de una campaña a largo plazo con múltiples frentes de denuncia de la desinformación perpetrada por ONGs, gobiernos, empresas y medios de comunicación.

En este sentido, se denuncia que la realidad tras los banquetes navideños y el hiperconsumo que los rodea, es una maquinaria de explotación, destrucción y sufrimiento tan inimaginable que ha desatado la más rápida extinción masiva de la historia terrestre. La ciencia actual lo reconoce pero las sociedades dominantes parecen sumidas en un delirio psicótico supremacista y holocida y no parecen dispuestas a hacer nada que nos desvíe del suicidio colectivo al que nos aboca la economía del crecimiento y la explotación.

La peor parte se la llevan los otros animales, pues cada día se extermina a más individuos que una Humanidad entera, en gran parte tras una vida en el infiernoLa realidad tras los banquetes navideños es, pues, un Holocausto Planetario de tales dimensiones que es también la principal causa de la crisis climático-ecológica y de problemas de salud y desigualdad humana, como reconocen cientos de informes institucionales.

La campaña “No escojáis la Extinción” expone el coste real de los alimentos de origen animal como principal causa del colapso climático, extinciones masivas, contaminación global, pandemias, cáncer, resistencia antimicrobiana, inseguridad alimentaria, desigualdad humana, y holocausto animal.

Pero lo más grave es cómo esto se silencia, no solo desde empresas, medios de comunicación y gobiernos supuestamente democráticos y supuestamente de izquierdas, sino por amplios sectores del activismo ecosocial como las grandes ONGs ecologistas tales como Greenpeace, Ecologistas en Acción o Amigas de la Tierra, resultando en una ciudadanía desinformada y vendida al delirio del hiperconsumo de todo aquello que nos lleva al abismo.

La campaña “No escojáis la Extinción” denuncia, desmonta y da la vuelta a campañas de falsa publicidad, a menudo financiadas por el gobierno e incluso la UE, en las que se bendicen supuestas bondades de los lácteos, la acuicultura, la carne, los huevos o incluso la pesca de arrastre (la actividad más destructiva que existe) para el medioambiente, la salud humana o el “bienestar” animal. Rebeldes Indignadas lanza una batería de denuncias de estas campañas de publicidad engañosa y desinformación masiva realizadas con la complicidad entre sectores y lobbies empresariales, gobiernos, medios de comunicación e incluso ONGs.

En la web de la campaña se están listando, denunciando y desmontando campañas de publicidad engañosa como las de Lácteos de EuropaLa Pesca que Sabe o Acuicultura de España, como parte de un proceso a largo plazo que incluirá un informe detallado y posibles acciones judiciales.

La campaña, con el lema LA CARNE MATA, entendiendo «carne» como cualquier producto de origen animal, revela en parte los datos del informe del propio Ministerio de Consumo de 2022 que fue silenciado por el propio gobierno y que afirma que la producción de carne es 4 veces más dañina que los aviones para 16 factores de límites planetarios, cambio climático, biodiversidad, contaminación y toxicidad humana, tal como se muestra en el estudio La Verdad del Consumo.

Desde todos los frentes mencionados se silencia la principal medida ante la mayor crisis de la historia: la transición a dietas vegetales (libres de productos de origen animal), que se podría llevar a cabo voluntariamente desde l*s consumidor*s, si la información se conociera, y si se promoviera activamente desde los Estados por tratarse de una emergencia global. De ahí que se silencie con tanto esmero y de forma criminal.

Pero la campaña también ataca el hiperconsumo generalizado de todo tipo de objetos en la sociedad de la obsolescencia programada, desde ropa a tecnología, y al servicio de una economía del crecimiento que, al menos desde 1972, la comunidad internacional sabe que es un suicidio colectivo. La campaña exige un decrecimiento profundo como segunda medida más importante tras la transición a dietas vegetales, hacia dejar de consumir, tanto y en tantos sectores como sea posible: textil, bienes del hogar y electrodomésticos, transporte, energía, vivienda y urbanización, entre otros. Esto implica activar una cultura radical de reducción, reciclaje, reparación, reutilización y compartido, aprendiendo de culturas indígenas que son ejemplo a seguir para la transformación necesaria hacia una descolonización de la tierra.

En tercer lugar y desde una perspectiva interseccional se cuestiona el heteropatriarcado y la familia numerosa, tan celebrada en Navidades, como otro de los factores que nos llevan al abismo, asociada a la superpoblación, y se propone en su lugar la activación de alianzas y parentescos alternativos: queer y transespecie.

Feliz Veganavidad y Año Nuevo Decrecentista: Carta VegAnarQueer a l*s “Reyes Magos”, por un Futuro Vivible

¿Puede la Navidad dejar de ser un festín del consumismo delirante y pueden sus comidas dejar de estar basadas en un Holocausto Planetario de animales? ¿Pueden las celebraciones dejar de bailar al son de megacorporaciones del hiperconsumo tóxico? ¿Puede  la Navidad ser una celebración, ni hipercapitalista ni del supremacismo humano, y pasar a ser una que celebre el total de lo viviente y que abra caminos de coexistencia con la Tierra que no nos arrastren al abismo inminente?

¿Puede la Navidad dejar de ser un festín delirante en el Titanic que se hunde, de la civilización explotadora, y podemos aprovecharla para una nueva solidaridad en la que saquemos los botes salvavidas hacia una cambio radical de vida, lejos de los sueños supremacistas humanos? ¿Puede la Navidad dejar de ser una Grande Bouffe, una fiesta del supremacismo humano que nos arrastra al suicidio colectivo y la extinción?

¿Puede activarse algo de ese supuesto espíritu cálido de comunidad, generosidad y altruismo que se asocia a la Navidad para ver todes juntes como afrontamos el abismo y dejamos de acelerar en la autopista a la extinción, algo que permita reducir la radicalidad de la crisis climática, ecológica, social y animal para darnos siquiera un futuro vivible? ¿Puede el año nuevo ser un momento de cambio, hacia todo aquello que podría evitar el colapso de la vida?

¿Puede la Navidad ser una fiesta del decrecimiento donde disfrutar más con menos, una fiesta donde celebrar el total de la vida, una Veganavidad donde transicionar a dietas vegetales, en vez alimentar la tortura masiva de animales, que además es la principal fuente de destrucción de ecososistemas terrestres y de extinciones masivas?

¿Puede la Veganavidad ser una fiesta donde recobremos el disfrute profundo de bailar en torno a un fuego mientras nos resilvestramos en esta tierra muriente, en vez de seguir el dictado de algoritmos tóxicos en redes antisociales y alienantes dirigidas por la Inteligencia Artificial al servicio de megacorporaciones?

¿Puede ser la Veganavidad un momento donde celebrar parentescos queer y multiespecie en vez de ser momentos de reforzamiento de la familia heteropatriarcal nuclear, carnívora, consumista, capacitista y colonial? ¿Podemos hacer alarde, no de hiperconsumo, comilonas y familia numerosa, sino de veganismo, austeridad y parentescos diversos?

El Cristianismo se apropió para la Navidad de las fechas de festividades paganas asociadas a los ciclos terrestres, al solsticio de invierno y el renacer del año. Concretamente el nacimiento de Dionysos era en fechas similares al de Cristo. Dionysos era el dios griego andrógino del éxtasis, el vino, el teatro, la danza orgiástica, la reunificación de clases oprimidas, la celebración de la vida y, en su acepción más antigua, el dios de la savia vital del mundo vegetal. ¿No sería hora de recobrar algo de ese espíritu y celebrar una Natividad de Dionysos que sea una danza extática de reunificación de todes les oprimides y de todo lo viviente, para una liberación terrestre?

¿Podemos celebrar el renacer del año y los ciclos vitales sin destruir el futuro vivible y sin seguir negando la crisis radical de un supremacismo humano psicótico, suicida y holocida? ¿Podemos formular los deseos del año nuevo  en ese sentido hacia un futuro vivible en vez de seguir alimentando la maquinaria del consumismo, el supremacismo y la extinción?

De ser así cada une podría pensar en variaciones de tres temas fundamentales para el año nuevo (o para su Carta VegAnaQueer a les Rey*s Mag*s): dejar de comer animales, dejar de hiperconsumir (transporte, energía, tecnología, ropa, etc.) y dejar de seguir opresivos dictámenes reproductivistas de familias heteropatriarcales capacitistas que nos llevan al abismo por superpoblación. En su lugar: resilvestrarnos a nosotres y la Tierra, hacia una gran danza, una afirmación del total de lo viviente.

Carta VagAnarQueer a l*s Rein*s Mag*s

Querides Rey*s Mag*s: quiero pediros un futuro vivible. Quiero pediros que paréis la extinción masiva de especies y la crisis ecológico-climática que nos lleva al abismo. Quiero pediros que paréis el Holocausto Planetario de animales y logréis un planeta vegano en 2026. Quiero pediros que la humanidad salga de su psicosis supremacista suicida, de sus algoritmos tóxicos, su alienacion y su consumismo delirante y abrace un profundo decrecentismo. Quiero pediros que deje de reinar la heteronorma capacitista de familias numerosas y que dejemos de ser esta fuerza destructiva en la biosfera. Quiero pediros que se resilvestre la tierra y se liberen a todas las formas de vida, y a les humanes con ellas. Quiero pediros que saquéis a la humanidad de su propia jaula holocida.”

Es eso o el colapso inminente.