Desde primeras horas de la tarde, la plaza de la Glorieta de Murcia comenzó a llenarse de ciudadanos que, con velas, pancartas y banderas palestinas, se preparaban para participar en una vigilia organizada por el colectivo Palestina Libre. El acto, que se extendió desde las 20:00 hasta las 02:00 horas, buscaba expresar solidaridad con la población palestina y denunciar el genocidio que, según los organizadores, ya supera los 680 días consecutivos.
El ambiente de la plaza estaba marcado por un silencio respetuoso interrumpido por cánticos, representaciones teatrales y la lectura de los nombres de los niños asesinados por las fuerzas israelíes. El momento más emotivo se produjo cuando se izó la bandera palestina en el centro de la plaza, gesto que fue acompañado por aplausos y lágrimas de los asistentes. “Cada nombre que leemos representa una vida truncada, un futuro arrebatado, un derecho vulnerado. No podemos permanecer en silencio”, señalaba Paca Labaña, portavoz de Palestina Libre, antes de iniciar la lectura de los manifiestos.
Labaña destacó que la vigilia no solo busca recordar a las víctimas, sino también exigir una respuesta contundente de la comunidad internacional. Durante su intervención, subrayó la urgencia de romper el asedio sobre Gaza, liberar a los prisioneros y poner fin a la estrategia de hambre como arma de guerra. “La hambruna en Gaza ha alcanzado un nivel crítico: más de 1.000 palestinos han sido asesinados en puntos de ayuda humanitaria y 263 personas, incluidos 112 niños, han muerto por desnutrición. Esto no es un conflicto: es un genocidio sistemático”, alertó.
Tras esta introducción, representantes de CCOO y La Intersindical leyeron el manifiesto de la Unión de Sindicatos de Trabajadores de Palestina. El documento denunciaba que la ofensiva israelí había destruido cerca del 80% de los hogares de Gaza, arrasado fábricas, talleres y tierras agrícolas, y sumido a la población en una crisis humanitaria sin precedentes. Además, se enfatizó la complicidad de los Estados imperialistas, que proveen armamento y apoyo logístico, permitiendo que la población palestina sufra hambre, destrucción y desarraigo.
El manifiesto hizo un llamamiento a los sindicatos internacionales para que presionen a sus gobiernos a suspender la venta de armas a Israel y promover acciones de solidaridad activa. Se instó a los sindicatos de pescadores y trabajadores portuarios a negarse a manipular barcos que transporten mercancías hacia o desde el régimen sionista, señalando que la cooperación económica directa perpetúa el sufrimiento de la población civil.
Durante la vigilia, varios asistentes compartieron sus testimonios. Entre ellos, familias con hijos pequeños portaban pancartas con mensajes como “No más niños asesinados” o “Gaza necesita nuestra voz”. Muchos participantes recordaron la memoria de amigos o familiares palestinos y expresaron su indignación ante lo que consideran una falta de cobertura mediática suficiente. “No podemos quedarnos callados mientras la comunidad internacional mira hacia otro lado. Nuestra presencia aquí es un acto de conciencia y justicia”, señaló María López, una vecina de Murcia que participaba por primera vez en este tipo de acto.
Además de las intervenciones y los testimonios, la vigilia incluyó momentos de música y poesía. Artistas locales y poetas pro-palestinos leyeron poemas que narraban la vida cotidiana bajo el asedio, la pérdida de seres queridos y la esperanza de un futuro libre. Estos instantes, según los organizadores, buscan humanizar la tragedia y conectar emocionalmente a los asistentes con la realidad de Gaza.
El acto concluyó con un minuto de silencio, seguido por la reiteración de los compromisos de los participantes: mantener viva la memoria de las víctimas, exigir justicia, presionar a los gobiernos para que actúen y fortalecer la solidaridad internacional.