
En plena campaña de Black Friday, el día más lucrativo del año para Amazon, la plantilla del centro logístico RMU1 de Corvera (Murcia) ha decidido plantar cara a la multinacional. Varios centenares de trabajadores y trabajadoras han protagonizado este miércoles el primer día de huelga convocada por CGT y el sindicato USO denunciando lo que califican como una situación insostenible de explotación laboral, con sueldos por debajo de otros centros del Estado, jornadas interminables y accidentes laborales invisibilizados.
“Con 1.826 horas anuales somos quienes más trabajamos de todo Amazon en España, con un convenio caducado desde hace diez años. Esto lo vamos a parar porque es una vergüenza. En Murcia no somos menos ni somos tontos”, clamó Alfonso Martínez, portavoz del Comité de Huelga a primera hora de la mañana ante los medios, entre aplausos, bocinazos y puños en alto por parte de las trabajadoras y trabajadores que se concentraban a las puertas del centro. La imagen era clara: filas de empleados saliendo del centro logístico con los brazos levantados, sumándose a la protesta minuto a minuto.
Bajo una enorme pancarta con el lema “Nuestros derechos no se empaquetan”, la plantilla ha lanzado un mensaje firme contra la empresa, si Amazon quiere récords de ventas, tendrá que dejar de batir récords de precariedad.
La huelga continuará hasta el viernes por la noche, aunque los trabajadores ya avisan: si la empresa no desbloquea la negociación, habrá nuevas movilizaciones del 16 al 23 de diciembre, justo antes de Navidad, cuando los pedidos se disparan y la presión sobre la plantilla también.
Un conflicto que Amazon ya no puede seguir ignorando
La plantilla acudió hace unos días a una mediación en la Oficina de Mediación y Arbitraje Laboral (OMAL), pero Amazon —una de las empresas con mayores beneficios del planeta— llegó sin propuestas reales y sin voluntad de equiparar las condiciones de RMU1 con las de otros centros.

Brecha salarial de 900 euros por el mismo trabajo
El portavoz del comité de huelga, Alfonso Martínez, lo resume con crudeza, “Queremos diálogo, queremos un acuerdo, pero hay líneas rojas. No puede ser que alguien que hace un turno nocturno en Toledo cobre 900 euros más que aquí. En Murcia la nocturnidad suma poco más de un euro por hora. Es el plus más bajo del Estado español.”
La plantilla denuncia además que los accidentes laborales no se reconocen, las adaptaciones de puesto son “de maquillaje”, y los despidos disciplinarios se usan como mecanismo de miedo. Todo ello en plena crisis del coste de la vida, con salarios que pierden poder adquisitivo año tras año.
Mientras eso sucede, Amazon presume de haber anunciado una subida salarial del 3% para 2026, una cifra que los sindicatos califican de “limosna” frente a la inflación y los beneficios de la multinacional.
Un seguimiento masivo: “La gente está perdiendo el miedo”
Martínez también celebraba la enorme participación, señalando que “Quitarnos el miedo es muy difícil, pero mucha gente lo ha hecho. El seguimiento está siendo masivo, porque esta injusticia ya no la podemos tolerar.”
A primera hora de la mañana, a las 7:15, ya había un llamamiento a seguir sumando apoyos. Y lo mismo ocurrirá en el turno de noche, a las 2 de la mañana.

“Amazon no negocia: llevamos años chocando contra un muro”
El delegado sindical de USO, Chema Fernández, fue igual de contundente, haciendo hincapíe en que los delegados sindicales llevan “más de dos años intentando dialogar y la empresa no ha querido. Este es nuestro cuarto año aquí y todo es cada vez más inverosímil. Para que nos escuchen, tenemos que salir a la calle y ejercer un derecho constitucional como la huelga.”
“Solo pedimos que recapaciten, que se sienten a hablar y busquemos un consenso real. No queremos confrontación, queremos dignidad.”
Pero a día de hoy, critican los sindicatos, Amazon no ha fijado ni fecha ni hora para una nueva reunión, a pesar de que en España es completamente legal negociar durante una huelga.
Un gigante con pies de barro
Amazon RMU1 emplea a unas 1.500 personas fijas, más otras cientos temporales y fijas-discontinuas que refuerzan la plantilla en picos de trabajo como el actual. En total, cerca de 2.000 trabajadores viven pendientes de un convenio congelado en el tiempo, con ritmos de trabajo que llevan al límite el cuerpo humano.
El paro de hoy ha demostrado que, cuando la clase trabajadora decide organizarse, hasta el gigante más poderoso del capitalismo global siente el temblor.
La huelga sigue. Y en Murcia, hoy más que nunca, resuena una idea clara: “Lo que Amazon no quiere escuchar, la calle lo va a gritar.”
















