¿Por qué el Movimiento Feminista de Murcia no marchará este 25N?

El colectivo Feminista de la capital murciana se desmarca de una convocatoria capturada por el feminismo hegemónico, punitivista y excluyente

Movilización del 25N del año 2024 en Murcia | Dominic D. Skerrett
Movilización del 25N del año 2024 en Murcia | Dominic D. Skerrett
Google search engine

El Movimiento Feminista de Murcia ha anunciado que, por primera vez, no participará en la marcha del 25 de noviembre. La fecha, ampliamente reconocida en el Norte Global como jornada de denuncia contra las violencias machistas, tiene su origen en el Primer Encuentro Feminista Latinoamericano y del Caribe celebrado en Bogotá en 1981, en homenaje a las hermanas Mirabal. Sin embargo, el colectivo murciano afirma asistir cada año “con más desánimo” a estas convocatorias europeas, debido —dice— al constante blanqueamiento e instrumentalización ejercido por el feminismo hegemónico.

Críticas al feminismo hegemónico: biologización, binarismo y punitivismo

Según explican, el feminismo hegemónico lleva años utilizando el 25N para reforzar lógicas punitivas y para insistir, de manera interesada, en una visión esencialista de la violencia basada en el binarismo de género. El colectivo considera crucial preguntarse qué significa exactamente “feminismo hegemónico” y por qué esa biologización de la violencia no les representa.

Definen este feminismo como el que posee mayor altavoz mediático y presencia institucional: el feminismo mainstream, el de las “gafas moradas”, el que critica el hiyab, excluye a las personas trans, se declara abolicionista de la prostitución, reproduce lógicas blancorracistas y concibe que la justicia avanza con más código penal y más cárcel. Un feminismo que se construye por y para mujeres cis, blancas, heterosexuales, delgadas, funcionales y europeas.

El movimiento denuncia que, en fechas como el 25N, ese feminismo centra su agenda en cuestiones como el techo de cristal y en la victimización constante de las mujeres blancas, al tiempo que utiliza la palabra “igualdad” mientras discrimina y criminaliza todo aquello que no encaja en su estrecha categoría identitaria.

Rechazo al purplewashing: “nos negamos a sostener la blanquitud como régimen político”

El Movimiento Feminista de Murcia sostiene que se desmarca de la marcha precisamente porque, aun siendo muchas de sus integrantes mujeres blancas, se niegan a seguir sosteniendo la blanquitud como régimen político. Esto implica, dicen, romper con el purplewashing que se multiplica en las fechas señaladas del calendario morado.

Definen este purplewashing como la utilización de la marca feminista como estrategia de marketing, sin intención real de transformación social ni compromiso político. Se trata, explican, de vaciar de contenido un movimiento social para convertirlo en producto comercializable.

La cultura del castigo: una herencia colonial que pervive

El colectivo añade que una de las características centrales del feminismo hegemónico es su marcado carácter punitivista, heredero de la “cultura del castigo”. Esta cultura —afirman— está profundamente normalizada en la sociedad: desde la familia hasta las escuelas y las instituciones del Estado, ejemplificada en las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad.

El movimiento denuncia que el feminismo hegemónico articula sus demandas en torno a la seguridad sexual y física de las “biomujeres blancas del Norte Global”, pidiendo continuamente el refuerzo del código penal, el alargamiento de penas e incluso medidas como la castración química.

Prostitución y punitivismo: criminalización del trabajo sexual

El Movimiento Feminista de Murcia defiende que ser abolicionista de la prostitución es, por definición, ser punitivista, ya que implica criminalizar el trabajo sexual mediante multas tanto a las trabajadoras como a los clientes, reproduciendo la ecuación delito–delincuente. Esta visión, afirman, refuerza un imaginario moralista donde lo legal es lo bueno y lo ilegal lo sancionable.

El colectivo declara estar “harto” de las violencias que el feminismo hegemónico ha ejercido histórica y sistemáticamente contra trabajadoras sexuales, personas trans y mujeres árabe-musulmanas con hiyab, sean migrantes o no.

Romper el binarismo: más allá de la fórmula víctima/verdugo

Una de las razones centrales de su desmarque es que consideran que las jornadas del 25N insisten en un enfoque limitado que sitúa al binarismo de género como raíz de todos los males. Según el colectivo, el feminismo hegemónico perpetúa un esquema simplificado: víctima/verdugo traducido a mujer/hombre.

Critican que este marco solo favorece a quienes ocupan puestos de poder, ministerios y subvenciones “para las de siempre”. Aseguran no creer en la justicia que ofrecen comisarías y juzgados, porque quienes han pasado por ellos —afirman— han enfrentado procesos de sospecha, culpa y revictimización sin reparación de daños.

El movimiento reclama la necesidad de hablar de violencias fuera del marco genital para poder visibilizar también la violencia ejercida por mujeres contra mujeres. Denuncian la existencia de un “pacto pseudosororo” que hermana a las mujeres únicamente desde la genitalidad y oculta violencias intragénero en contextos no heterosexuales.

También cuestionan por qué el feminismo dominante parece exigir que importen más las vidas de figuras como la princesa Leonor o la infanta Sofía que las vidas palestinas o las violencias islamófobas sufridas en verano por vecinas de Torre Pacheco.

Nombrar las violencias cometidas por mujeres

El Movimiento Feminista de Murcia sostiene que no son peores feministas por atreverse a señalar que las mujeres son perfectamente capaces de ejercer violencia, reforzar la cultura del castigo, ser tóxicas, autoritarias o déspotas. Recuerdan que el feminismo occidental estadounidense nació con sufragistas blancas ejerciendo violencia contra mujeres negras.

Para el colectivo, creer que todas las mujeres reciben las mismas violencias por el hecho de ser mujeres es un pensamiento profundamente racista. Por ello rechazan el corporativismo de género y la romantización de la vulva, que consideran expresiones inequívocamente patriarcales.

No quieren mujeres en el Poder: quieren acabar con el Poder

En su posicionamiento final, el movimiento afirma que no quiere mujeres en el Poder, sino acabar con el Poder. No desean mujeres en la Policía, Guardia Civil, ejércitos, prisiones, en el FMI, en la monarquía, redactando el DSM5 ni encabezando la lista Forbes. Consideran una “fantasía morada” pensar que el mundo sería más amable si gobernaran mujeres.

Lo que reclaman es la caída sin retorno de todos los sistemas de opresión, discriminación, infantilización y sufrimiento, así como de las estructuras estatales que los sostienen.

Sus razones para no marchar

El Movimiento Feminista de Murcia resume así su postura: estas son sus razones para no marchar este 25N. Un posicionamiento político que interpela directamente a las estructuras del feminismo hegemónico, critica su deriva punitivista y reivindica un feminismo antirracista, no colonial, no institucionalizado y no corporativista.

Google search engine