Activistas propalestinos escenifican un die-in frente a la fábrica de Rheinmetall en Javalí Viejo

Denuncian el papel de la industria armamentística murciana en los conflictos internacionales y vinculan su expansión al aumento del gasto militar del Gobierno de Pedro Sánchez

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Fábrica de Rheinmetall Expal Munitions en Javalí Viejo
Fábrica de Rheinmetall Expal Munitions en Javalí Viejo
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Esta mañana, frente a las instalaciones de Rheinmetall Expal Munitions en la pedanía murciana de Javalí Viejo, un grupo de activistas propalestinos ha llevado a cabo una contundente performance contra la producción de armas. Durante la acción, decenas de personas se tumbaron en el suelo simulando cadáveres en un die-in, mientras otro activista, vestido de obrero, se transformaba simbólicamente en soldado para representar cómo la cadena de producción convierte la fuerza de trabajo en guerra.

Entre los mensajes que podían leerse en los carteles que portaban las participantes destacaban frases como “LA GUERRA EMPIEZA AQUÍ” o “NO EN NUESTRO NOMBRE”, que denunciaban la responsabilidad de la fábrica murciana en la exportación de muerte y destrucción.

Las asistentes señalaron que la acción busca visibilizar la relación directa entre las fábricas de armamento en España y los conflictos bélicos internacionales, especialmente en Palestina, Yemen y Ucrania, y denunciar el silencio político e institucional en torno al negocio de la guerra.

Rheinmetall Expal Munitions: la fábrica donde empieza la guerra

La planta de Javalí Viejo pertenece a Rheinmetall Expal Munitions, filial del gigante armamentístico alemán Rheinmetall AG, que adquirió la empresa española Expal Systems el 1 de agosto de 2023, tras un proceso iniciado en noviembre de 2022 y aprobado por las autoridades de competencia.

El complejo industrial de Javalí Viejo data de 1862, cuando se consolidó como fábrica militar de pólvoras dependiente del Estado, dedicada desde entonces a la producción de explosivos y munición. A lo largo de su historia ha pasado por manos públicas y privadas, manteniendo una actividad constante como centro estratégico en la fabricación de material bélico, especialmente durante el periodo gestionado por Expal Systems, contratista habitual del Ministerio de Defensa español.

La integración en Rheinmetall reforzó su papel dentro de la red armamentística europea y de la OTAN, en un contexto de rearme acelerado y expansión del gasto militar impulsado por la guerra en Ucrania y los programas de “modernización” financiados por el Estado español y la Unión Europea. Según datos del propio sector, Rheinmetall ha incrementado notablemente la producción de munición de 155 mm, utilizada en conflictos como el ucraniano, y ha recibido financiación pública directa e indirecta a través de contratos del Ministerio de Defensa y fondos europeos orientados a la industria militar.

Tragedia laboral en Javalí Viejo: un muerto y seis heridos en una explosión en la fábrica

El pasado 12 de febrero de 2025, Juan José, un trabajador de la planta de Rheinmetall en Javalí Viejo, falleció a causa de las graves quemaduras sufridas en una explosión ocurrida el 30 de enero, que dejó seis heridos. A pesar de que la Policía Nacional detuvo a dos responsables de la empresa por su presunta implicación en el accidente laboral, continúa abierta la investigación judicial.

El sindicato UGT criticó a la empresa por la falta de medidas de seguridad y por haber presionado a los empleados para continuar con la producción incluso después del siniestro. La tragedia reavivó el debate sobre las condiciones laborales y los riesgos en las fábricas de explosivos y munición, así como sobre la falta de transparencia del sector armamentístico en España.

Contexto de carrera belicista: presupuestos de guerra

Lejos de ser un caso aislado, la actividad de Rheinmetall en Javalí Viejo se inscribe en el rearme generalizado que impulsa el Gobierno de Pedro Sánchez, decidido a alcanzar el 2% del PIB en gasto militar siguiendo parcialmente las directrices de la OTAN. En los Presupuestos Generales de 2025, esta política se ha traducido en más de 10.000 millones de euros adicionales destinados a la compra de armamento, modernización del Ejército y subvenciones a la industria militar, sin contar las partidas presupuestarias entre las que el estado financia el aparato de guerra, ocultándolas en diversos Ministerios.

Detrás de ese crecimiento se encuentran grandes corporaciones como Rheinmetall, Indra, Santa Bárbara Sistemas o Airbus, que acumulan contratos millonarios mientras organizaciones pacifistas denuncian que el rearme se financia con dinero público detraído de servicios esenciales como la educación, la sanidad o la vivienda. Para estos colectivos, la fábrica murciana simboliza la contradicción de un modelo económico que construye empleo sobre la producción de muerte.

La otra cara de la industria militar

La planta murciana de Rheinmetall, junto con las de Burgos, Trubia y Albacete, entre otros, forma parte de una red industrial que el grupo alemán considera estratégica para atender la “nueva demanda europea de defensa”. Sin embargo, cada ampliación y cada contrato militar se sostiene, recuerdan las activistas, sobre una base de sufrimiento humano y medioambiental, la precariedad laboral y la opacidad institucional.

“Cada proyectil que sale de esta fábrica puede acabar matando a alguien en Gaza, en Yemen o en Ucrania. La guerra empieza aquí, pero también aquí puede empezar la resistencia”, expresó una de las participantes en la acción.

La performance de esta mañana frente a Rheinmetall en Javalí Viejo se enmarca en una serie de movilizaciones frente a las fabricas de guerra de todo el Estado Español, sumándose a la ola de movilizaciones contra la industria militar y en defensa de la paz, que se extiende por todo el mundo en respuesta a la creciente militarización de las políticas públicas.

El mensaje de las activistas ha sido claro y directo: “La guerra empieza aquí… pero también aquí puede terminar, si la sociedad decide dejar de mirar hacia otro lado.”

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