La Asociación Cala Morena (ACM) ha convocado hoy una concentración en memoria de Margaret, una de las vecinas más queridas y longevas del Camping El Portús, que falleció la noche del 3 de octubre fruto de un suicidio, tras más de dos años de coacción, violencia psicológica y desamparo institucional.
Margaret y su pareja, Colin, vivían en el camping desde hace más de 36 años, siendo parte de la comunidad más antigua del lugar. En 2023, junto a otros vecinos, fueron declarados “ilegales” por la dirección del camping, pese a haber residido allí durante décadas con el conocimiento y la pasividad de las administraciones públicas.
Detrás de esta maniobra —denuncia la asociación— se escondía el interés económico de la empresa por apropiarse de las viviendas y rentabilizar el espacio mediante alquileres turísticos.
Actualmente, solo 24 personas permanecen en esta situación, frente a las más de 400 que la sufrían en octubre de 2023. Todas ellas continúan desprotegidas, a pesar de que el Pleno del Ayuntamiento de Cartagena aprobó por unanimidad, en noviembre de 2023, mediar para resolver el conflicto, un compromiso que nunca se ha materializado.
Acto en memoria de Margaret
La jornada comenzó a las puertas del Camping El Portús, donde en torno a un centenar de personas —vecinos, simpatizantes y miembros de la Asociación Cala Morena— se reunieron para rendir homenaje a Margaret y exigir justicia.
Durante el encuentro se realizaron fotografías y declaraciones a los medios de prensa y televisión, que acudieron para cubrir la convocatoria.
Entre los asistentes destacó la presencia de la Federación de Asociaciones de Vecinos de Cartagena y Comarca (FAVECIP), representada por Pencho, quien ha acompañado desde el principio las causas vecinales y sociales más justas, mostrando una vez más su apoyo y solidaridad con la comunidad afectada de El Portús.
Posteriormente, el grupo atravesó el camping en silencio hasta llegar a la playa de El Portús, donde se encontraron con Colin, su compañero de vida durante más de medio siglo.
Allí, formaron un gran círculo y se produjo un largo aplauso espontáneo, porque —como relatan los asistentes— no salían las palabras para expresar tanto dolor.
Le siguieron abrazos, palabras de pésame y ánimo dirigidas a Colin, profundamente emocionado.
A continuación, el grupo se dirigió a la orilla de Cala Morena, donde lanzaron flores al mar en honor a Margaret, símbolo de su vida sencilla, libre y profundamente ligada a ese lugar.
Después, varias personas entraron al agua formando un círculo, nadando y abrazándose en torno a la idea de que “Margaret seguía con nosotros”.
El acto concluyó con un gesto muy simbólico: Colin nadó serenamente hasta el otro extremo de la cala, recordando a su mujer en el mar que ambos amaban.
Dos años de lucha sin respuesta
Durante los últimos dos años, la Asociación Cala Morena ha desarrollado una labor social, legal y mediática constante para visibilizar y frenar los abusos cometidos en El Portús:
- Más de 40 concentraciones y manifestaciones semanales.
- Participación en plenos municipales y asambleas regionales, manteniendo la presión institucional.
- Cobertura en medios de comunicación locales y nacionales, tanto en prensa como en radio.
- Apoyo unánime de todos los grupos parlamentarios regionales para garantizar el acceso público y gratuito a Cala Morena y declararlo bien de utilidad común.
- Paralización de obras y movimientos de tierra ilegales en el entorno, apoyando las denuncias ante SEPRONA.
- Colaboración con asociaciones naturistas para mantener viva la tradición histórica de Cala Morena.
- Acciones legales y administrativas ante Ayuntamiento, CHS, MITECO y CCAA, aún sin respuesta.
- Asistencia jurídica y apoyo directo a los vecinos para recuperar derechos básicos: acceso a sus viviendas, suministro de luz y agua, y libertad de movimiento.
El caso de Collin y Margaret refleja la dureza de esta realidad. Ambos sufrieron el bloqueo de servicios esenciales, como el correo postal, lo que les impidió cobrar regularmente sus pensiones. En más de una ocasión tuvieron que subir las bombonas de butano por la ladera, con 86 y 83 años respectivamente, debido al aislamiento forzoso al que fueron sometidos.
Exigencias y denuncia pública
La Asociación Cala Morena denuncia que la pasividad de las administraciones públicas y la impunidad de la dirección del Camping El Portús han contribuido directamente a este desenlace trágico.
Mientras tanto, la dirección del camping intenta presionar a los medios de comunicación y difunde la idea de que Margaret y Colin recibieron un “trato especial”, algo que la asociación califica como rotundamente falso o, en todo caso, insignificante frente a los daños sufridos.
“Margaret no debería haber muerto. Lo que empezó como una lucha por el derecho a vivir dignamente en su hogar terminó en una historia de abandono, miedo y silencio”, declara la Asociación Cala Morena.
Desde ACM se exige responsabilidad institucional inmediata y la apertura de una investigación sobre la actuación del Camping El Portús y las administraciones implicadas. Asimismo, se reclama la restitución de los derechos de las personas aún afectadas y la puesta en marcha de medidas de reparación y acompañamiento a las víctimas de esta situación.
Finalmente, la Asociación sentencia que «Cala Morena es de naturista y de todos y todas.»