Esta tarde, varios centenares de personas se han concentrado en la Plaza de San Agustín de Murcia para participar en una cacerolada en solidaridad con el pueblo palestino, seguida de la lectura de un contundente manifiesto de denuncia ante el genocidio en curso en Gaza. La movilización, convocada por colectivos sociales y activistas propalestinos, ha vuelto a poner en el centro del debate público el silencio cómplice de las instituciones europeas y la responsabilidad de muchos gobiernos, incluido el español, en la financiación y justificación de los crímenes del Estado de Israel.
Durante el acto se ha leído un manifiesto que ha calificado la situación en Palestina como «un campo de concentración a cielo abierto», donde el bloqueo total impuesto por el ejército israelí impide la entrada de alimentos, medicamentos y ayuda humanitaria. “Los están matando de hambre, los están borrando del mapa”, se ha denunciado ante un público indignado que no ha dejado de hacer sonar cacerolas y corear consignas como «¡Palestina libre!» o «¡No en nuestro nombre!».
El texto ha recordado que, desde 2023, algunas estimaciones afirman que el ejército israelí ha asesinado al 20,7% de la población de Gaza, es decir, unas 434.000 personas, lo que equivale al total de habitantes de ciudades como Zaragoza o Toulouse. Además, la ONU ha advertido que, si no se permite la entrada inmediata de suministros, hasta 400 personas podrían morir cada día por inanición, en lo que se describe como una hambruna planificada, prevista e intencionada.
También se ha denunciado el papel del Estado español, que en mayo de este año se convirtió en el mayor importador de armas procedentes de Israel dentro de la UE, con compras por valor de casi 6 millones de euros de dinero público. “Con dinero público estamos financiando la economía del genocidio”, ha advertido el manifiesto, que ha señalado como cómplices a multinacionales como Carrefour, Starbucks o Airbnb, e instado a la ciudadanía al boicot activo contra todas ellas.
Frente a este escenario de horror y silencio institucional, las personas concentradas han exigido el fin inmediato de todas las relaciones diplomáticas, económicas, militares y culturales con el Estado de Israel, así como un embargo total de armas y tecnología de vigilancia, incluyendo la revocación de licencias y la prohibición del tránsito de armamento por el Estado español. Han reclamado además el respaldo firme del Gobierno de España a las denuncias por genocidio presentadas por Sudáfrica ante la Corte Internacional de Justicia, así como el apoyo al proceso abierto en la Corte Penal Internacional.
Se ha denunciado también la pasividad del Gobierno ante el secuestro de activistas españoles a bordo del barco Handala, retenidos por el ejército israelí cuando intentaban hacer llegar ayuda humanitaria a Gaza. En este sentido, han exigido su liberación inmediata y una condena clara de lo que han calificado como un acto deliberado de piratería.
El manifiesto ha pedido igualmente la ilegalización de partidos políticos que promueven el odio racial y religioso, como VOX, a quien han responsabilizado de alentar agresiones racistas como las ocurridas recientemente en Torre Pacheco. Por último, han exigido el reconocimiento del derecho al retorno de las personas refugiadas palestinas, tal y como establece la Resolución 194 de la Asamblea General de la ONU.
“El único conato de resistencia real proviene hoy de la acción popular”, han declarado desde la organización, animando a mantener la movilización social para frenar el genocidio. “Si la comunidad europea saliera en masa a la calle, si se hiciera un boicot fuerte, Israel no podría seguir asesinando a sangre fría a una comunidad entera tan impunemente”.
La concentración ha finalizado con un grito unánime:
“¡Palestina no está sola!”
Y con el firme compromiso de seguir ocupando las calles hasta que cese el exterminio y llegue la justicia.