Escrito por Martín Stutz
En las últimas semanas los europeos venimos presenciando, atónitos, un discurso belicista hacia el rearme y la compra multimillonaria de armas. Ya sean líderes de tendencias fascistas como Giorgia Meloni, o supuestos socialistas como es el de Pedro Sánchez, resulta descorazonador el que aún conciban el que seamos tan imbéciles. Quién puede aún creer que nuestra libertad y el disfrute de los derechos sociales, está vinculado a los ingentes beneficios millonarios de las empresas de ventas de armas. Porque todos y todas somos conscientes de que los únicos beneficiados serán estas grandes factorías de armamento.
La maniobra consiste en fomentar los multimillonarios ingresos de estas poderosas empresas, especialmente INDRA. Este holding empresarial funciona como un lobbie de presión en el Parlamento Europeo, pero también en el Congreso de los Diputados de países como España. Los europeos sabemos, además, que Indra curiosamente contabiliza las elecciones de muchos de los países cuyos líderes, defienden ahora con vehemencia la política de la venta de armas.
Y no caeremos en conspiraciones, ya hemos pasado por eso. Porque los datos son claros y las intenciones de Sánchez por querer «colarnos» este absurdo discurso, esta treta, han chocado con el sentido común de intelectuales y activistas, quienes están denunciando la situación a nivel europeo.
En España desde la Plataforma Acción contra el Odio ya han recogido miles de firmas en contra de esta política del sinsentido. Cualquier ciudadano y ciudadana puede participar, firmando en este enlace. Con ánimo de conocer de primera mano esta iniciativa, transcribimos aquí el texto íntegro de la Plataforma:
«Nosotras y nosotros, los abajo firmantes, periodistas, académicos, activistas, tecnólogos y representantes de la sociedad civil, pedimos al presidente español, Pedro Sánchez, y a la Comisión Europa que apoyen la inversión en infraestructuras públicas digitales y el uso de protocolos abiertos para que la tecnología sirva mejor a los ciudadanos europeos, a las pequeñas y medianas empresas y a las democracias.
Nos preocupa el inmenso poder de las grandes tecnológicas y la dependencia que de ellas tienen los ciudadanos, las administraciones públicas e incluso nuestros sistemas de defensa. Bajo la nueva administración estadounidense, Europa ha sido acusada injustamente de socavar la libertad de expresión por tratar de regular el funcionamiento de esas tecnológicas. Y mientras tanto, la creciente estupidez anti-política se ve amplificada por algoritmos opacos que incentivan la difusión de bulos, mentiras, contenidos extremistas y voces de extrema derecha, así como la supresión de voces alternativas.
El dominio de un puñado de gigantes de Silicon Valley, aliados del presidente estadounidense que acaba de declarar la guerra arancelaria al planeta entero, está imponiendo una visión del mundo, brutal y enloquecida, que Julia Steinberger acaba de definir como capitalismo de cataclismo. La falta de competencia en los servicios digitales esenciales, como las búsquedas y las redes sociales, perjudica a las empresas europeas y a la economía en general, y pone en jaque a las propias democracias, los derechos humanos y la lucha contra el cambio climático. Hace falta un modelo diferente. Europa no necesita comprar más tanques ni alentar las guerras, sino acometer planes de inversión y crear nuevas herramientas para democratizar verdaderamente las redes, formar y educar mejor a los jóvenes y pelear en serio contra la nueva / vieja hegemonía cultural que ha convertido a la industria de la desinformación, la manipulación y el odio en un agente político global.
Por eso pedimos al Gobierno español que lidere a los socios europeos hacia la construcción de un espacio digital europeo autónomo, público, libre y resiliente. El gasto en armas, seguridad e Inteligencia Artificial no hará retroceder a la extrema derecha ni mejorará la vida de la mayoría de las personas ni mejorará la lucha contra el calentamiento global. Es mucho más urgente crear un ecosistema de medios y redes sociales libre, abierto y descentralizado, como primer paso hacia la creación de tecnologías de la información que pongan el acento en la convivencia, el diálogo y la no discriminación.
Tenemos que alejarnos de las plataformas cerradas y los ecosistemas digitales que censuran y limitan otras opciones. Necesitamos que los individuos, las empresas y la sociedad civil participen en la plaza pública digital con los mismos derechos y libertades que fuera de línea. En este sentido, animamos a la comisaria Teresa Ribera a que implemente cuanto antes la nueva Digital Markets Act.
Un ejemplo reciente de nuevas tecnologías basadas en las personas es la campaña Free Our Feeds. La solución no son sólo nuevas plataformas: son nuevos cimientos. Asegurando el uso de protocolos abiertos y la interoperabilidad en plataformas y aplicaciones podemos construir un futuro en el que los usuarios controlen sus redes, los desarrolladores puedan crear libremente y nadie tenga el poder de cerrarlo todo.
Asimismo, apoyamos la creación de una nueva «infraestructura pública digital», inspirada en la idea del Eurostack, defendida entre otros por organizaciones como ACO y la asociación de PYMES tecnológicas europeas, que garantizará una base tecnológica libre, pública e independiente sobre la que construir redes sociales y otras aplicaciones y servicios.
Los protocolos abiertos y la pluralidad algorítmica son parte de la solución para proteger a las sociedades democráticas ante el avance del tecnofascismo.
Los europeos necesitan líderes valientes, que defiendan con hechos y sin ambages estos principios. Por ello, solicitamos al presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, que:
- Lidere a las fuerzas europeas que quieren cambiar el statu quo tecnológico promoviendo una coalición de países que promueva la pluralidad algorítmica y los protocolos abiertos para las redes sociales.
- Organice una primera Conferencia sobre el Futuro de la Tecnología Europea para lanzar dicha coalición de Estados miembros.
- Defienda públicamente la obligatoriedad de los protocolos abiertos en las redes sociales en la próxima revisión de la Digital Markets Act.
- Apoye la creación de un Fondo Tecnológico Europeo que garantice la creación de una infraestructura digital europea independiente (como el Eurostack), unificando iniciativas similares en toda Europa y financiándolas con fondos tecnológicos y de Defensa.
- Promueva ventajas fiscales para las fundaciones y asociaciones de interés público que luchen contra la industria del odio y la desinformación».
Para apoyar esta iniciativa, puedes firmar en este enlace.