El “Handala” zarpa hacia Gaza para romper el bloqueo y defender la infancia bajo las bombas

El barco civil de la Flotilla de la Libertad desafía el asedio israelí con leche, medicinas y peluches como armas de dignidad. Tras un intento de sabotaje, la misión continúa su rumbo en aguas internacionales exigiendo justicia para el pueblo palestino.

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El velero «Handala», de la Flotilla de la Libertad, ha dejado este domingo las costas italianas rumbo a Gaza con un claro propósito: romper el bloqueo ilegal impuesto por Israel desde hace más de 17 años, llevar ayuda humanitaria a la población civil y gritar al mundo lo que los gobiernos callan: en Palestina se está cometiendo un genocidio.

Su nombre honra a Handala, el icónico niño creado por el dibujante Naji al-Ali, que da la espalda a la injusticia hasta que Palestina sea libre. Hoy, ese mismo niño navega cargado con leche infantil, medicinas y alimentos, en un acto de desobediencia civil que desafía al apartheid israelí y a la complicidad internacional.

La misión, centrada simbólicamente “en los niños y niñas de Gaza”, no es solo un gesto humanitario, sino un grito político: el cerco debe terminar, no porque falte ayuda, sino porque sobra injusticia.

Sabotaje y ataques contra la solidaridad

Horas antes de la salida, la embarcación fue víctima de lo que la organización califica como «intento de sabotaje deliberado». Una soga enrollada con precisión quirúrgica en la hélice amenazaba con inmovilizar el barco, y un camión destinado a suministrar agua potable entregó en su lugar ácido sulfúrico. El químico causó quemaduras a dos miembros de la tripulación.

“No fue un accidente. Fue un intento de silenciar la misión y poner en peligro a civiles desarmados que llevan leche en vez de armas”, ha denunciado el equipo organizador. Exigen una investigación internacional urgente y responsabilidades políticas y penales.

Una respuesta civil donde los gobiernos fallan

La iniciativa está compuesta exclusivamente por civiles: médicas, periodistas, defensoras de derechos humanos, activistas, abogados y voluntarias que han decidido tomar el timón de la solidaridad allí donde la diplomacia y los organismos internacionales han fracasado.

“La Flotilla es un acto colectivo de conciencia. No somos gobiernos: somos pueblos que no aceptamos ser cómplices del exterminio de Gaza”, afirma Huwaida Arraf, abogada y miembro del comité coordinador.

Este nuevo intento de romper el cerco se produce pocas semanas después del secuestro por parte de Israel de la embarcación Madleen, en aguas internacionales. Doce personas fueron abducidas por comandos israelíes, entre ellas una eurodiputada, periodistas y profesionales médicos. ¿Su «delito»? Intentar entregar comida y medicinas a una población cercada por la ocupación militar.

Por las más de 50.000 infancias mutiladas o asesinadas

Desde octubre de 2023, más de 50.000 niños y niñas han sido asesinados, mutilados o gravemente heridos en Gaza. Hoy sobreviven sin hogar, sin familia, y sin futuro, en un escenario de hambre, epidemias y trauma masivo. Handala navega con peluches, leche, antibióticos y esperanza, para ellas y ellos.

La mitad de la población gazatí son menores de edad. No conocen otra vida que no sea el horror del asedio, la demolición de escuelas y la negación sistemática de su derecho a existir.

Exigimos protección y libre paso para Handala

Desde los movimientos sociales, organizaciones de derechos humanos y pueblos del mundo, exigimos a los gobiernos europeos y a Naciones Unidas que garanticen el paso seguro de Handala, respeten el derecho internacional y detengan cualquier acto de sabotaje, abordaje o agresión contra este buque civil.

El silencio internacional es complicidad. La flotilla no es una provocación: es una respuesta ética y necesaria ante el genocidio en curso.

Handala no está solo. Navega con el clamor de quienes no se resignan a ver morir más infancia palestina.

“Porque no es ayuda lo que hace falta, es justicia. Y Handala navega hacia ella.”

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