El Mar Menor se muere… y no por casualidad

Opinión | Manel Aparicio

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Hoy, 21 de abril, el periódico La Verdad publica un titular estremecedor: «La población de caballitos se desploma en el Mar Menor en diez años, de 196.000 a apenas 800″. 

Desde los colectivos en defensa del Mar Menor y del medio ambiente, llevamos años advirtiendo de esta catástrofe ecológica. La agroindustria intensiva en la cuenca vertiente ha convertido nuestra laguna en un vertedero de nitratos. Y mientras tanto, los poderes gubernamentales de la región siguen priorizando los intereses de unos pocos —los “señoritos” de la agroindustria— por encima de la salud de nuestra joya natural y de quienes vivimos aquí. 

Nuestras denuncias no son infundadas: están respaldadas por numerosos científicos independientes. Aunque  desde la Fundación Ingenio (FI) se insista en que la causa principal son las aguas fecales, los datos lo dejan  claro: el exceso de nitratos es el principal responsable del deterioro del Mar Menor. Pero ya sabemos lo que  pasa cuando se deja opinar a quien tiene intereses en juego: que la FI hable del estado de la laguna es como  dejar que los taurinos hablen del maltrato animal… o que El Pozo (Grupo Fuertes) opine sobre las  macrogranjas. 

Y aún así, el dato que da la noticia puede resultar incluso optimista: hay quien duda de que queden 800  caballitos de mar en nuestras aguas. Esa cifra, en realidad, podría ser aún más baja. 

La agroindustria no vino a esta región a cuidarla. Vino a explotarla. Transformó una tierra de secano en regadío para multiplicar beneficios, usando el agua del trasvase sin control. El resultado: aguas cargadas de químicos,  acuíferos contaminados, tierra agotada… y una laguna que agoniza. Solo pararán cuando no quede nada: ni Mar Menor, ni huerta, ni vida. Y cuando eso ocurra, se marcharán con los bolsillos llenos, dejando tras de sí un  desastre del que nadie se hará responsable. 

Y si no lo evitamos, lo que viene puede ser aún peor. Ahora proyectan instalar plantas de biogás por toda la  región, vendiéndonos que es para “aprovechar los purines”. Pero no lo dicen todo: puede ser la excusa para  generar aún más purines, lo que implica más macrogranjas, más contaminación… y más muerte para esta  tierra. 

Nos han convertido en la pocilga de Europa, cuidando sus jamones y sus verduras, pero sufriendo aquí sus  residuos. 

Murcianas, murcianos: 

¡Es hora de alzar la voz!

Estas industrias nos están dando pan para hoy… y hambre para mañana.

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