Pintura sobre al obra de Cristóbal Colón | Foto: EFE
Dos activistas del colectivo de desobediencia civil Futuro Vegetal intervinieron hoy en torno a las 14.00 horas en el Museo Naval de Madrid, arrojando pintura roja biodegradable sobre el cuadro Primer homenaje a Cristóbal Colón, obra del pintor José Garnelo, ubicada en la entrada del recinto.
El gesto, simbólico y pacífico, fue realizado en el marco de la llamada “Fiesta Nacional”, día que el Estado español continúa dedicando a la exaltación colonial bajo el mito del “Descubrimiento de América”. Las activistas desplegaron una pancarta con el mensaje: “12 de octubre, nada que celebrar. Justicia ecosocial”.
“Siglos de opresión y genocidio”
En su comunicado a través de redes sociales, Futuro Vegetal explicó que esta acción busca denunciar la continuidad del colonialismo y el saqueo extractivista que hoy se disfraza de progreso y globalización, pero sigue destruyendo territorios y pueblos.
“El 12 de octubre es la celebración de siglos de opresión, explotación y genocidio de la población originaria de Abya Yala. Basta de enaltecer la colonización y los genocidios, históricos y actuales”, señalaron las activistas.
El colectivo subrayó que los pueblos originarios exigen reconocimiento, reparación y justicia, y que esta fecha no puede seguir siendo una fiesta nacional mientras se ignoren las heridas abiertas por la invasión y el despojo.
“Nos unimos a las reivindicaciones de los pueblos que siguen resistiendo frente al expolio de sus territorios y al neocolonialismo extractivista que destruye el planeta”, añadieron desde Futuro Vegetal.
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Represión y criminalización
Según fuentes del propio museo, las dos activistas fueron retenidas por seguridad hasta la llegada de la Policía Nacional, que procedió a interrogarlas y trasladarlas a dependencias policiales.
La organización ha denunciado que, una vez más, el Estado responde con represión ante actos simbólicos y no violentos, mientras permanece impasible frente a los crímenes sociales y ecológicos que provocan las grandes corporaciones.
Un movimiento que crece
Futuro Vegetal, conocido por sus acciones de desobediencia civil no violenta, ha protagonizado protestas similares en espacios de alto valor simbólico. En agosto, dos de sus activistas rociaron pintura sobre una columna de la Sagrada Familia de Barcelona para denunciar la inacción del Gobierno español ante la emergencia climática y los incendios que arrasaron la península este verano.
“Mientras los gobiernos protegen los intereses de las empresas fósiles y agroindustriales, nosotras protegemos la vida”, señalan desde el colectivo.