El colectivo ecologista de acción directa Futuro Vegetal ha lanzado una campaña estatal de boicot contra la cadena de comida rápida Burger King. La iniciativa denuncia el impacto medioambiental y el maltrato animal asociado a su modelo de negocio, así como la precariedad laboral de sus trabajadores y los vínculos de la multinacional con el régimen israelí en plena ofensiva sobre Gaza.
En la Región de Murcia, los movimientos activistas internacionales y descentralizados que utiliza la desobediencia civil no violenta para exigir a los gobiernos que actúen, Extinction Rebellion junto con The Surge Antifascista, se han sumado a esta campaña, desplegando cartelería en locales de la capital con el objetivo de concienciar a los consumidores y evidenciar que detrás de la fachada publicitaria de Burger King existe —según denuncian— un modelo insostenible e injusto.
El impacto ambiental: deforestación y greenwashing
Burger King, al igual que otras grandes cadenas de comida rápida como McDonald’s o KFC, se abastece de carne de vacuno cuya producción está estrechamente ligada a la deforestación de la Amazonía y a la contaminación de suelos y ríos. Gran parte de esta producción depende de soja cultivada en terrenos arrebatados a la selva, lo que acelera la pérdida de biodiversidad y el cambio climático.
De acuerdo con datos recogidos por The Breakthrough Institute, el sistema ganadero global genera entre el 12 % y el 17 % de las emisiones antropogénicas de gases de efecto invernadero, una cifra que se equipara a todas las emisiones del transporte mundial.
A pesar de estos datos, la multinacional intenta proyectar una imagen sostenible con campañas de productos vegetales y marketing “verde”. Sin embargo, colectivos ecologistas denuncian que se trata de greenwashing: un maquillaje corporativo que no altera el núcleo de su negocio, basado en la ganadería industrial.
Maltrato animal: escándalos bajo el sello “bienestar”
Las denuncias de maltrato animal en la industria proveedora de Burger King y de otras grandes cadenas se suceden desde hace más de una década. En 2012, un vídeo encubierto de Mercy For Animals reveló abusos en Bettencourt Dairies, en Idaho (EE. UU.), donde trabajadores golpeaban y maltrataban vacas lecheras proveedoras de la cadena.
En España, la situación no es distinta. En 2022, la ONG Equalia denunció graves irregularidades en granjas de pollos en Sevilla y Roquetas de Mar, con imágenes de aves golpeadas, cadáveres en descomposición y riesgo sanitario, pese a que contaban con el sello de bienestar animal Welfair.
Un año después, el Observatorio de Bienestar Animal (OBA) documentó un caso de maltrato en una explotación porcina en Burgos, donde encontraron animales con hernias graves, cadáveres en avanzado estado de descomposición y presencia de ratas y gusanos. En 2024, otro caso en la misma provincia fue objeto de investigación por parte del Seprona, tras difundirse imágenes de cerdos con heridas infectadas y sometidos a descargas con picanas eléctricas, en una granja que había superado inspecciones oficiales.
El último escándalo se destapó en 2025 en una granja avícola de Mallorca, propiedad de Avícola Son Perot, denunciada por ARDE y Satya Animal. Se encontraron cadáveres en descomposición, infestaciones de ratas y gallinas etiquetadas como “camperas” que nunca salían al exterior. La explotación contaba con certificación Welfair, que fue suspendida por AENOR tras un protocolo de verificación urgente.
Estos casos ponen en cuestión la eficacia de las certificaciones de bienestar animal y, según los colectivos, demuestran que las prácticas abusivas son sistemáticas en la ganadería intensiva que nutre a cadenas como Burger King.
Vínculos con el ente sionista de Israel: de los asentamientos a la entrega de comida al ejército
El boicot también denuncia la complicidad de Burger King con el Estado de Israel. En 1999, un franquiciado de la compañía abrió un restaurante en el asentamiento ilegal de Ma’ale Adumim, en Cisjordania, lo que provocó la reacción de la Liga Árabe y la posterior cancelación de la licencia por parte de la matriz.
Más recientemente, durante la ofensiva militar sobre Gaza, Burger King Israel publicó en redes sociales imágenes de comidas gratuitas entregadas a soldados israelíes, con el mensaje: “Nuestra empresa trabaja incansablemente para donar miles de comidas a nuestros héroes”.
Desde 2022, el grupo Delek Israel posee el 70 % de Burger King Israel, reforzando con ello la economía del país. Para el movimiento internacional BDS (Boicot, Desinversiones y Sanciones), esta implicación supone un apoyo directo a un Estado acusado de cometer crímenes de guerra.
Precariedad y conflictos laborales
La denuncia contra Burger King también incluye su historial en materia de derechos laborales. En 2015, tres trabajadoras de un local en Asturias fueron despedidas tras votar por la candidatura sindical de CCOO y posteriormente readmitidas tras la presión sindical y judicial.
En 2018, se registraron protestas en Albacete y otras ciudades contra los despidos de dos representantes sindicales en Guadalajara y Madrid. Un año después, empleados en Barcelona denunciaron el exceso de contratos temporales, incumplimientos en los descansos entre turnos y la falta de evaluación de riesgos laborales, en lo que calificaron como una “batalla por dignidad”.
Los conflictos se repitieron en Granada en 2019, mientras que en 2020 CCOO denunció despidos de empleados de baja médica bajo la acusación de “poca productividad”. En 2021, UGT Huelva reportó casos de insultos, humillaciones, impago de nóminas y cambios arbitrarios de horarios en Burger King Spain.
El episodio más reciente se produjo en 2025, cuando la CGT de Toledo denunció persecución sindical e irregularidades en prevención de riesgos en la franquicia de Seseña, propiedad de Priburguer SA.
“Nos sobran los motivos”
Desde Futuro Vegetal y los colectivos adheridos subrayan que estos cuatro ejes —destrucción ambiental, maltrato animal, complicidad con Israel y precariedad laboral— son razones de peso para romper toda relación de consumo con el gigante capitalista “Burger King”.
Las organizaciones llaman a los ciudadanos a apoyar comercios locales sostenibles, a apostar por una dieta mediterránea mayoritariamente vegetal y a rechazar a las multinacionales que, según denuncian, blanquean crímenes de guerra y perpetúan la explotación.
El movimiento internacionalista The Surge International, nacido en 2025, respalda esta campaña en el marco de su estrategia global de unir luchas sociales, climáticas y de derechos humanos bajo una sola marea de resistencia.