El ataque israelí a Qatar: una violación de la soberanía y una prueba para las alianzas

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En un giro sorprendente e inquietante, aviones de combate israelíes llevaron a cabo un ataque aéreo contra territorio qatarí el 9 de septiembre de 2025, con el objetivo de eliminar a Jalil al-Hiyeh, miembro del liderazgo de Hamás, junto con una delegación que lo acompañaba para analizar una nueva propuesta presentada por el presidente estadounidense Donald Trump sobre un alto el fuego duradero en Gaza y la liberación de rehenes.

Este ataque constituye una violación flagrante de la soberanía de Qatar y representa una escalada peligrosa en la política israelí de asesinatos selectivos, especialmente porque se realizó en el territorio de un Estado soberano y aliado estratégico de Estados Unidos.

Detalles del incidente: resultados preliminares e investigaciones en curso

Según fuentes de inteligencia árabes y occidentales, un escuadrón de aviones F-35 «Adir» de la Fuerza Aérea Israelí ejecutó un ataque preciso en el área de West Bay, en Doha, donde al-Hiyeh se reunía con una delegación de Hamás y altos funcionarios qataríes para examinar la propuesta estadounidense, que incluía:

– Un alto el fuego prolongado en la Franja de Gaza.
– La liberación de 50 rehenes israelíes en dos fases.
– El levantamiento parcial del bloqueo y la apertura de pasos fronterizos.
– La creación de un corredor humanitario gestionado por Qatar para la reconstrucción de Gaza.

Sin embargo, el ataque destruyó completamente el edificio. Según datos preliminares del Ministerio de Salud de Qatar, el bombardeo dejó 6 muertos, entre ellos tres escoltas de al-Hiyeh su hijo , un oficial de inteligencia qatarí y dos civiles. En cuanto a Jalil al-Hiyeh, resultó gravemente herido, pero fue evacuado en helicóptero a un hospital militar en Alemania, donde se encuentra bajo tratamiento intensivo y fuertes medidas de seguridad.

Fuentes de Hamás confirmaron que al-Hiyeh «sobrevivió milagrosamente» y calificaron el ataque como una «verdadera crimen de guerra», prometiendo una «respuesta contundente».

Una violación flagrante de la soberanía qatarí

El ataque sobre territorio qatarí, en pleno corazón de la capital, representa un precedente alarmante en las relaciones internacionales. Qatar es un Estado soberano, miembro activo de Naciones Unidas, la Liga Árabe y la Organización de Cooperación Islámica.

El Ministerio de Relaciones Exteriores de Qatar calificó la operación como un «acto de agresión flagrante que viola todas las leyes internacionales, incluido la Carta de las Naciones Unidas, el Convenio de Chicago sobre aviación civil y los Acuerdos de Ginebra».

Agregó: «Atacar a un país pacífico que busca mediación y paz demuestra que el régimen israelí no respeta ninguna ley ni mediación, y actúa según la lógica de la fuerza bruta».

Qatar anunció inmediatamente la reducción al mínimo de sus relaciones diplomáticas con Israel, cerrando la oficina de contacto israelí en Doha, establecida en 2022 como parte de un proceso limitado de normalización.

Además, anunció que presentará una queja formal ante el Consejo de Seguridad de la ONU, la Corte Penal Internacional y la Liga Árabe, exigiendo una investigación inmediata y sanciones contra Israel.

Qatar y su socio estadounidense: una alianza bajo prueba

Este incidente adquiere dimensiones geopolíticas profundas debido a la estrecha relación estratégica entre Qatar y Estados Unidos.

La base aérea de Al Udeid:
– Es la mayor base militar estadounidense en Oriente Medio, con más de 11.000 soldados estadounidenses.
– Sirve como centro de mando para operaciones militares en Irak, Siria, Afganistán y Yemen.
– Es el «nervio central» de la presencia militar estadounidense en la región.

Cooperación estratégica:
– Qatar es un aliado principal de Estados Unidos fuera de la OTAN desde 2003.
– Aloja negociaciones sensibles entre EE.UU. e Irán, EE.UU. y los talibanes, y recientemente entre Israel y Hamás.
– Es un socio clave en la seguridad energética, siendo uno de los mayores exportadores mundiales de gas natural licuado.

Interrogantes sobre el papel de Estados Unidos:
Aunque la Casa Blanca negó oficialmente cualquier conocimiento previo del ataque, muchos expertos lo ponen en duda. ¿Cómo pudo un avión israelí penetrar el espacio aéreo qatarí sin ser detectado por los radares estadounidenses de la base de Al Udeid? ¿Por qué no se emitió una alerta temprana?

Analistas como el Dr. Fawaz Gerges de la LSE creen que «la operación tuvo al menos la aprobación tácita de Washington, como una señal a Hamás y a los países árabes mediadores: no traspasen las líneas rojas». Otros argumentan que Israel podría haber actuado por su cuenta, aprovechando una brecha en la coordinación aérea, en lo que se considera una «desviación táctica» fuera del control estadounidense.

Reacciones internacionales y regionales

1. Países árabes: indignación y condena
– Liga Árabe: Convocó una reunión de emergencia y emitió una declaración fuerte, calificando el ataque como «agresión flagrante», y exigió «reconsiderar las relaciones de normalización con Israel».
– Egipto: Condenó el incidente, pero advirtió contra «caer en una escalada», expresando preocupación por el debilitamiento de sus esfuerzos de mediación.
– Arabia Saudita: Emitió un comunicado breve, reafirmando el «respeto a la soberanía de los Estados», sin nombrar a Israel, lo que se interpreta como un equilibrio diplomático delicado.
– Irán: Calificó el ataque como «terrorismo de Estado» y llamó a «la unidad de todas las facciones de resistencia contra el enemigo común».
– Turquía: Convocó al embajador israelí y cerró su oficina en Ankara, exigiendo la rendición de cuentas contra Israel.

2. Unión Europea
– La UE expresó su «profunda consternación» y pidió «contención por parte de todas las partes».
– Evitó usar términos como «agresión» o «violación de la soberanía», lo que generó críticas en países árabes.
– Alemania, que alberga a al-Hiyeh para recibir tratamiento, anunció que «investigará cómo ingresó a su territorio», una señal de complejidades diplomáticas.

3. China y Rusia
– China: Reafirmó el «respeto por la soberanía nacional» y ofreció su mediación.
– Rusia: Calificó el evento como un «escalada peligrosa», y exigió una sesión de emergencia del Consejo de Seguridad, pero usó su veto contra una resolución occidental que condenaba a Israel, exigiendo una «investigación internacional imparcial».

Consecuencias potenciales

A nivel diplomático:
– Colapso del proceso de normalización con Israel en países del Golfo, especialmente con la congelación de las negociaciones con Arabia Saudita.
– Prueba decisiva para la alianza qatarí-estadounidense, pudiendo Qatar exigir una revisión del acuerdo de defensa conjunto con Washington.
– Posible retiro qatarí de iniciativas internacionales patrocinadas por EE.UU.

A nivel regional:
– Escalada militar inminente: Fuentes de inteligencia revelaron movimientos de facciones palestinas y libanesas (incluido Hezbolá) para responder, posiblemente con misiles de precisión contra aeropuertos y bases israelíes.
– Congelación de las negociaciones sobre Gaza: La propuesta estadounidense queda «en pausa», y Hamás rechaza cualquier mediación qatarí futura «sin garantías de protección».

A nivel internacional:
– Mayor desconfianza en el sistema internacional, con cuestionamientos sobre la capacidad de la ONU para proteger la soberanía.
– Impulso hacia un orden multipolar, con un mayor papel de China, Turquía y Rusia como mediadores alternativos.

Conclusión: ¿Soberanía o órdenes superiores?

El ataque israelí contra Qatar no es solo una operación militar más, sino un mensaje estratégico claro: Israel se considera por encima del derecho internacional, capaz de atacar a sus adversarios en cualquier lugar, incluso en las capitales de sus aliados.

Es bien sabido que Qatar ha sido la principal mediadora en las negociaciones indirectas entre Israel y Hamás, actuando como garante financiero y diplomático de varios acuerdos de alto el fuego. Este acto de agresión demuestra que Israel no desea una paz genuina, sino imponer realidades sobre el terreno mediante la fuerza.

La gran pregunta hoy es:
¿Se ha convertido la soberanía nacional de los países pequeños en una mera herramienta negociable según los intereses de las potencias?
¿Hasta qué punto permitirá Estados Unidos que sus aliados violen la soberanía de otros aliados?

Las respuestas se definirán en las próximas horas y semanas, no solo en salas de negociación, sino en las calles, en el espacio aéreo y en las urnas diplomáticas internacionales.
Oriente Medio se encuentra al borde de una reconfiguración, y el mundo observa: ¿Quién tiene el poder, y quién tiene el derecho?

Nota analítica adicional (2025):

Ante el creciente malestar, países como Indonesia, Sudáfrica, Bangladesh y Malasia han comenzado a apoyar acciones legales para demandar a líderes israelíes ante la Corte Penal Internacional por «agresión contra un Estado soberano». Además, Qatar anunció la suspensión de todas las inversiones conjuntas con empresas israelíes, especialmente en los sectores de tecnología y energía.

El mundo entra en una nueva era: donde la soberanía ya no es solo un concepto jurídico, sino una mercancía geopolítica que puede comprarse o violarse.

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