“Nos morimos de hambre mientras intentamos salvar vidas”: MSF denuncia una hambruna inducida en Gaza con consecuencias devastadoras

El 25% de los menores de cinco años y de las mujeres embarazadas y lactantes atendidos por Médicos Sin Fronteras presenta desnutrición. Los hospitales apenas pueden alimentar a pacientes y personal sanitario. Las colas para conseguir comida se han convertido en lugares de masacres.

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La Franja de Gaza, bajo asedio militar y humanitario desde hace más de nueve meses, se encuentra inmersa en una crisis de hambre sin precedentes. Médicos Sin Fronteras (MSF), presente sobre el terreno, ha emitido una nueva denuncia pública donde alerta de la utilización sistemática del hambre como arma de guerra por parte del gobierno israelí. Según sus datos, el 25% de los niños menores de cinco años y de las mujeres embarazadas o lactantes que atienden en sus clínicas presentan desnutrición. Un dato demoledor que se ha cuadruplicado desde el 18 de mayo.

“El bloqueo a la entrada de alimentos, medicamentos y combustible está provocando un colapso total del sistema sanitario y de los mínimos vitales para la supervivencia”, afirma Caroline Willemen, coordinadora de proyectos de MSF en la Ciudad de Gaza. “No se trata solo de hambre: es una estrategia de inanición planificada. Vemos cada día cómo niños pequeños, mujeres embarazadas e incluso nuestros propios compañeros sanitarios llegan al límite físico”.

La infancia, en estado crítico

El deterioro de la salud infantil ha alcanzado cotas alarmantes. En la clínica de MSF en la Ciudad de Gaza, las tasas de desnutrición grave en niños se han triplicado en solo dos semanas. Uno de los casos más representativos es el de Donia Alouf, de 33 años, embarazada de ocho meses y con síntomas de desnutrición severa. Su hijo Ahmed, de apenas un año, también ha sido diagnosticado con falta grave de nutrientes.

“Los niños llegan con piel apergaminada, apatía extrema y pérdida acelerada de peso. No es solo una cuestión de calorías, es la ausencia de cualquier alimento”, relatan pediatras de MSF.

En muchos hospitales, ya no hay leche de fórmula para los recién nacidos prematuros. Durante los días 19 y 20 de julio, por ejemplo, los 23 bebés ingresados en la UCI neonatal del Hospital Al Helou no recibieron leche, y la sala de pediatría del Hospital Nasser tampoco pudo proporcionar comida a sus 168 pacientes.

El hambre también golpea al personal médico

El colapso alimentario no distingue entre pacientes y trabajadores. Muchos comedores comunitarios en hospitales han tenido que cerrar por falta de insumos, y cuando logran repartir comida, solo pueden ofrecer una única ración al día, normalmente arroz blanco sin nutrientes.

“Se espera de nosotros que salvemos vidas mientras las nuestras se consumen lentamente”, resume el Dr. Abu Abed Moughaisib, coordinador médico de MSF. “Nuestros compañeros pasan hambre. Ambulancieros, enfermeras, personal logístico… todos estamos al límite”.

Masacres en las colas del hambre

La desesperación por conseguir algo de comida ha convertido los puntos de distribución en zonas de alto riesgo. Las personas que acuden a estos centros —gestionados en gran parte por la Fundación Humanitaria de Gaza (GHF), financiada por Estados Unidos y supervisada por Israel— son tiroteadas de forma sistemática por las fuerzas israelíes o sus contratistas privados.

Solo en los dos últimos meses, según el Ministerio de Salud palestino, más de 1.000 personas han muerto y más de 7.200 han resultado heridas mientras intentaban recoger alimentos. El caso más sangrante ocurrió recientemente en las inmediaciones de la clínica Sheikh Radwan, donde el equipo médico de MSF atendió a 122 personas heridas de bala y certificó la muerte de 46 más, todas tiroteadas mientras esperaban un saco de harina.

“Quienes acuden a estos repartos tienen las mismas posibilidades de recibir un poco de trigo que una bala en la cabeza”, denuncia el Dr. Mohammed Abu Mughaisib, coordinador médico adjunto de MSF. “Esto no es ayuda humanitaria, son crímenes de guerra camuflados bajo un lenguaje compasivo”.

El colapso humanitario total

La situación ha llegado a un punto de no retorno. No hay combustible, no hay agua potable, no hay alimentos y no hay medicamentos. Gaza se encuentra encerrada, hambrienta y herida, mientras las cámaras del mundo, en su mayoría, miran hacia otro lado.

“El uso del hambre como arma para castigar colectivamente a la población civil viola todos los principios del Derecho Internacional Humanitario”, recuerda Amande Bazerolle, coordinadora de emergencias de MSF. “Esto no es un efecto colateral: es una táctica de guerra”.

MSF exige una apertura inmediata y sin condiciones de los corredores humanitarios, la entrada masiva de alimentos y productos médicos, y el cese inmediato de los ataques a civiles que intentan sobrevivir.

Claves de la crisis humanitaria en Gaza (julio de 2025)

  • 25% de los niños menores de 5 años y mujeres embarazadas/lactantes atendidos por MSF presentan desnutrición.

  • +1.000 muertos y +7.200 heridos en colas para recibir alimentos desde mayo.

  • 122 personas heridas y 46 muertas en un solo día en una masacre reciente en la clínica Sheikh Radwan.

  • Hospitales sin leche de fórmula, sin comida y con una sola comida al día para pacientes y personal.

  • MSF denuncia el uso deliberado del hambre como arma de guerra por parte del Gobierno israelí.

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