Mentiras con corbata: el relato hueco de López Miras

Cuando la propaganda sustituye a la gestión, los datos acaban por estorbar

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Escrito por Manel Aparicio

La reciente publicación de Las Noticias RM, titulada “López Miras: mentiras, tergiversaciones e inexactitudes”, debería hacer saltar todas las alarmas. No solo por el contenido —demoledor—, sino porque destapa una estrategia cada vez más habitual en ciertos dirigentes: fabricar un relato político a golpe de declaraciones grandilocuentes, cifras sin base y promesas embellecidas, mientras la realidad va por otro camino. En este caso, el protagonista es Fernando López Miras, presidente de la Región de Murcia, que en su entrevista a La Verdad hizo afirmaciones que, según el medio verificador, resultaron falsas o inexactas en más de un 70% de los casos. No es un desliz: es una forma de hacer política.

Uno de los ejemplos más flagrantes es el supuesto liderazgo de la Región en innovación. López Miras aseguró que el 20% de las certificaciones de startups innovadoras de España se generan en Murcia. Una cifra que impresiona… hasta que se contrasta con los datos reales: según ENISA y ANCES, el porcentaje ronda el 2,6%. ¿Se trata de un error? Difícil de creer. Todo apunta a una exageración deliberada, diseñada para construir una imagen de modernidad que no se corresponde con los hechos.

Tampoco ayuda el caso de la asociación Zakut, una entidad opaca que recibió cerca de un millón de euros en subvenciones públicas para desarrollar proyectos de innovación que, hasta la fecha, no han ofrecido resultados tangibles ni rendición de cuentas clara. Un ejemplo más de cómo el dinero público puede diluirse en redes clientelares disfrazadas de iniciativas tecnológicas.

Y si hablamos de clientelismo, el episodio del CAETRA (Centro de Alta Tecnología de la Defensa) no se queda atrás. Su ubicación en la ciudad de Murcia ha generado malestar —más que justificado— en Cartagena, que cuenta con una historia y una infraestructura directamente vinculadas al sector defensa. Pese a ello, el gobierno regional prefirió centralizar el proyecto en la capital, desatendiendo no solo los intereses de una ciudad estratégica, sino despreciando el principio de equilibrio territorial. ¿Motivos técnicos? Ninguno de peso. ¿Motivos políticos? Todos.

En turismo, la narrativa también flaquea. El presidente afirmó que el sector representa el 11,3% del PIB regional y que hay más afiliados que nunca. Pero según Exceltur, la cifra real es del 10,7%. Además, los datos oficiales muestran que el número de afiliados cayó en 2024 respecto al año anterior. Murcia, además, sigue teniendo una de las estancias medias más bajas del país (2,2 noches por visitante), lo que debería llevar a una reflexión estratégica más que a un discurso triunfalista.

Estamos ante un patrón preocupante: se promocionan logros que no existen, se ignoran datos oficiales y se pretende construir una narrativa de éxito que apenas resiste el más mínimo contraste con la realidad. No es simplemente propaganda: es desinformación institucionalizada.

Lo grave no es que un político maquille sus resultados. Eso, lamentablemente, forma parte del manual de supervivencia electoral. Lo verdaderamente preocupante es que lo haga sin el más mínimo pudor, despreciando la inteligencia del electorado y erosionando la confianza pública. Porque cuando los datos se retuercen y la mentira se normaliza, la democracia se debilita.

López Miras no es solo un político con ambición: es el reflejo de una política que prefiere parecer antes que ser. Pero los hechos, como siempre, son tercos. Y tarde o temprano, acaban por pasar factura.

La política no puede convertirse en un espectáculo donde el guion importa más que los hechos. Si toleramos que los líderes públicos nos vendan humo mientras los datos arden en una papelera, pronto no quedará nada que defender.

📣Exijamos transparencia. Exijamos rigor. Y, sobre todo, dejemos de premiar al que miente bien.

Porque la Región de Murcia merece más que titulares vacíos y promesas infladas. Merece verdad, responsabilidad y una gestión que no se construya sobre mentiras con corbata.

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