Murcia, 23 de abril de 2025.– La preocupación se extiende entre los vecinos y vecinas de las pedanías de la capital murciana ante el proyecto de una nueva planta de biogás que la empresa PreZero pretende instalar en la explanada de Venta Mendoza, a menos de un kilómetro del núcleo de Cañada Hermosa. Esta zona, ya soporta desde hace años la actividad del centro de tratamiento de residuos del Ayuntamiento de Murcia, con consecuencias directas en forma de malos olores, ruido constante y un incesante trasiego de camiones.
La planta se proyecta en la parcela catastral 36 del polígono 81, ubicada en la zona de Venta Mendoza, en el oeste del municipio de Murcia. Esta ubicación se sitúa a 7,5 km de Alcantarilla y a escasamente 1 Km de la pedanía murciana de Javalí Nuevo, en un entorno cada vez más tensionado por infraestructuras molestas.
Según ha informado la periodista Rosa Roda, la planta generará gas metano a partir del tratamiento de residuos como purines, lodos industriales y restos de pescado mediante digestión anaerobia. El proyecto prevé un importante volumen de actividad, con el consiguiente impacto ambiental y social: olores intensos, contaminación acústica, riesgo de vertidos a ramblas que desembocan en el río Segura, y un efecto desvalorizador sobre las propiedades del entorno.
Vecinas y vecinos expresan su malestar por lo que consideran una carga desproporcionada para una zona ya saturada. “Aquí se nos condena a convivir con los residuos de toda Murcia, pero nadie nos consulta nada”, denuncia una residente local de Cañada Hermosa.
IU-Verdes: “una agresión más del PP de Ballesta a las periferias del municipio”
Desde Izquierda Unida-Verdes, su responsable de Medio Ambiente, Ginés Mirón, advierte que “esta planta de biogás agravará un desequilibrio territorial evidente: las infraestructuras molestas o contaminantes se colocan sistemáticamente en las zonas periféricas del municipio, como si las personas que viven aquí valieran menos”. A ello añade que “además de los impactos sobre la salud, este tipo de proyectos comprometen la calidad de vida de quienes residen cerca y la seguridad ambiental de todo el municipio”.
El caso de Cañada Hermosa no es aislado. En otras zonas periféricas de la Región, como Las Torres de Cotillas, Molina de Segura o El Mirador (San Javier), se han iniciado movilizaciones vecinales contra proyectos similares. En todas ellas se repite el mismo patrón: empresas que colocan plantas de tratamiento en zonas rurales o periurbanas sin consenso ciudadano y con apoyo institucional, pese a los daños evidentes.
El modelo energético no puede seguir basándose en la injusticia territorial
En dicho comunicado, el portavoz medioambiental de la formación de izquierdas exigió al Ayuntamiento de Murcia que rechace este proyecto y defienda a sus vecinos frente a un modelo que prioriza el beneficio privado frente al interés general. “Lo que se está permitiendo es una forma de colonialismo ambiental sobre las zonas más vulnerables del municipio”, denuncian.
Según fuentes de IU, proponen avanzar hacia un modelo energético y de tratamiento de residuos más justo, con mecanismos de planificación democrática, con estudios de impacto rigurosos y con límites claros para evitar que determinadas zonas se conviertan en vertederos encubiertos del conjunto del territorio.