Asesinato del periodista palestino Saleh Al-Ja’frawi en Gaza
Acusaciones de implicación de milicias respaldadas por Israel Gaza, 12 de octubre de 2025— El periodista y activista palestino Saleh Al-Ja’frawi fue asesinado a tiros en anoche en el barrio de Tel al-Hawa, en la ciudad de Gaza, en lo que ha generado una ola de indignación y preocupación entre los sectores civiles, periodísticos y políticos en el interior del enclave palestino. Los detalles sobre las circunstancias del crimen aún son confusos, pero múltiples fuentes locales y medios de comunicación afirman que el ataque fue perpetrado por grupos armados no identificados, algunos de los cuales podrían estar vinculados con intereses israelíes. Un periodista crítico silenciado Saleh Al-Ja’frawi era conocido por su labor periodística independiente y su activismo en defensa de los derechos humanos en Gaza. A través de sus redes sociales y publicaciones, denunciaba frecuentemente la corrupción, la represión interna y las violaciones de derechos por parte de diferentes actores en la Franja de Gaza. Su voz crítica lo convirtió en una figura incómoda para varios sectores, tanto dentro como fuera de los aparatos de poder. Según testigos presenciales, Al-Ja’frawi fue atacado a tiros cerca de su vivienda en Tel al-Hawa por un grupo de hombres armados que llegaron en vehículos sin identificación. Tras el ataque, los agresores huyeron rápidamente del lugar. Hasta el momento, ninguna organización ha reclamado la autoría del crimen. Acusaciones contra milicias respaldadas por Israel En las horas posteriores al asesinato, circuló intensamente en redes sociales la hipótesis de que el crimen fue obra de milicias clandestinas operando bajo el amparo o el apoyo de Israel. Esta teoría ha sido respaldada por activistas y periodistas independientes, quienes señalan un patrón creciente de infiltración de células armadas en Gaza, supuestamente entrenadas y financiadas por inteligencia israelí con el objetivo de sembrar caos y desestabilizar el orden interno. Varias páginas de noticias locales y cuentas de activistas en plataformas como X (antes Twitter) y Telegram afirmaron que Al-Ja’frawi había recibido amenazas previas por su labor de denuncia, especialmente tras publicar informes sobre actividades sospechosas de grupos armados desconocidos que operan en zonas residenciales de Gaza. Versiones oficiales contradictorias Las versiones oficiales han sido confusas. Fuentes del Ministerio del Interior en Gaza, controlado por el movimiento Hamás, indicaron inicialmente que el periodista murió durante un «intercambio de disparos» con elementos armados que se sospecha están vinculados a «células que trabajan para intereses extranjeros», sin especificar cuáles. Más tarde, Hamás emitió un comunicado en el que describió el incidente como un «acto criminal de fuerzas fuera de control» y prometió una investigación exhaustiva. Por su parte, el canal Al-Aqsa, vinculado a Hamás, informó que Al-Ja’frawi fue «asesinado por disparos de hombres armados» en su domicilio, sin ofrecer más detalles sobre la identidad de los responsables. Antes de confirmarse su muerte, hubo confusión sobre su paradero. Varias fuentes reportaron que amigos y colegas intentaron contactarlo sin éxito durante varias horas, lo que generó temores inmediatos sobre su seguridad. Finalmente, su cuerpo fue trasladado a un hospital de Gaza, donde fue identificado por familiares. Rechazo y llamados a la investigación La muerte de Al-Ja’frawi ha sido condenada por organizaciones de derechos humanos y colectivos de periodistas en Palestina. Reporteros sin Fronteras Medio Oriente emitió un comunicado exigiendo una investigación internacional imparcial, señalando que «el asesinato de un periodista en ejercicio de su labor es un crimen grave que atenta contra la libertad de expresión y el derecho a la información».
La Unión de Periodistas de Palestina también expresó su profunda consternación, calificando el crimen como «un nuevo capítulo en la campaña de silenciamiento contra voces independientes en Gaza». La organización exigió que se esclarezcan las responsabilidades y se garantice la seguridad de los profesionales de los medios. Un contexto de tensión creciente El asesinato ocurre en un momento de alta tensión en Gaza, marcado por la precariedad económica, el colapso de servicios básicos y el aumento de la inseguridad ciudadana.
En los últimos meses, han proliferado informes sobre la aparición de grupos armados no afiliados a las facciones principales (como Hamás, la Yihad Islámica o Fatah), cuyas actividades incluyen extorsión, secuestros y ataques selectivos. Analistas políticos señalan que este fenómeno podría estar relacionado con estrategias de desestabilización interna impulsadas por actores externos, entre ellos Israel, que habría visto en estos grupos una herramienta para debilitar el control de Hamás sin necesidad de una intervención militar directa. ¿Quién está detrás del crimen? Aunque no hay pruebas concluyentes que vinculen directamente a Israel con el asesinato de Al-Ja’frawi, la sospecha persiste entre la población civil.
Testigos afirman haber visto vehículos sin placas y hombres con uniformes no reglamentarios en el área antes y después del ataque. Además, algunos expertos en seguridad destacan que el modus operandi —ataque rápido, sin rastro y en zona urbana— coincide con operaciones previas atribuidas a células encubiertas. Por ahora, la investigación sigue en curso, pero muchos temen que, como en casos anteriores, el crimen quede impune.
Un llamado a proteger a los periodistas La muerte de Saleh Al-Ja’frawi reabre el debate sobre la seguridad de los periodistas en zonas de conflicto, especialmente en contextos donde el Estado de derecho es frágil y los medios independientes son vistos con desconfianza por todos los bandos. Su asesinato no solo es una pérdida para el periodismo palestino, sino también una advertencia escalofriante para quienes se atreven a denunciar la verdad en medio del silencio impuesto por el miedo.
En memoria de Saleh Al-Ja’frawi (1988 – 2025) Periodista, activista, voz del pueblo.
Su micrófono ha sido apagado, pero su legado permanece.
Autor: Yahya Zarhouni