Esta mañana, diversas organizaciones y colectivos sociales se concentraron frente al Centro de Internamiento de Extranjeros (CIE) de Sangonera la Verde, en Murcia, en el marco de la jornada estatal del Día contra los CIE. La convocatoria fue impulsada por el colectivo Convivir Sin Racismo, con la presencia de activistas, asociaciones de defensa de los derechos humanos y personas solidarias, que alzaron su voz por el cierre definitivo de estos centros, que calificaron como espacios de «retención arbitraria y vulneración sistemática de derechos».
La acción dio comienzo con unas palabras de Juan Guirao, presidente de Convivir Sin Racismo, quien subrayó que “los CIE no son cárceles, pero funcionan como tales: personas que no han cometido ningún delito permanecen encerradas hasta 60 días, sin acceso adecuado a asistencia social, jurídica o médica, en condiciones que atentan contra la dignidad humana”. Guirao recordó que hace más de una década las organizaciones sociales lograron que se aprobara un reglamento de funcionamiento, pero denunció que “la realidad actual es de abandono institucional e impunidad”.
Durante el acto se leyó de forma colectiva el manifiesto estatal por el Día contra los CIE, en el que se denuncia que estos centros “no garantizan derechos, sino que los niegan”. El texto condena la existencia de un sistema de internamiento “opaco y racista, que criminaliza la pobreza, la extranjería y la migración”, y alerta del proceso de ampliación de estas instalaciones: “mientras en Algeciras se abre un nuevo macro-CIE, en otros puntos del Estado las redadas racistas siguen llenando plazas con personas migrantes que solo han cometido el ‘delito’ de no tener papeles”.
Los colectivos denunciaron también que el CIE de Murcia es el único operativo en todo el Estado que no cuenta con un servicio de orientación jurídica para extranjeros dentro de sus instalaciones, lo que impide que las personas internadas puedan ejercer su derecho a la defensa en condiciones mínimas. A pesar de las reiteradas recomendaciones del Defensor del Pueblo y de las gestiones realizadas por las organizaciones, ni la Consejería de Presidencia ni el Gobierno regional han destinado aún fondos para la firma de un convenio con el Colegio de Abogados de Murcia que permita cubrir esta necesidad.
El manifiesto recordó también que, tras el cambio de postura del Gobierno español respecto al Sáhara Occidental, el Estado argelino ha dejado de aceptar deportaciones desde España. “Esto ha llevado a que los jueces ya no puedan ordenar internamientos de personas argelinas porque no se garantiza su expulsión. Sin embargo, siguen existiendo redadas, identificaciones racistas y traslados a CIE de personas simplemente por su color de piel o su origen”, denunció el texto.
Durante la concentración, los participantes recordaron a las personas que han pasado por este centro murciano: jóvenes senegaleses, malienses o latinoamericanos, algunos con condenas menores o incluso sin antecedentes, internados sin apoyo ni información. “Hay quienes han pasado los 60 días encerrados sin que se haya logrado su deportación, saliendo con la salud mental deteriorada, con miedo, ansiedad y sin saber qué será de su futuro”.
Las organizaciones convocantes exigieron el cierre inmediato y definitivo de todos los CIE del Estado español, la paralización de los proyectos de ampliación y la derogación de la Ley de Extranjería que sustenta estas prácticas. “Migrar no es delito, y encerrar a personas por no tener papeles es una vergüenza democrática”, concluyeron.
Izquierda Unida-Verdes Región de Murcia ha mostrado hoy su apoyo a la concentración convocada por la asociación Convivir Sin Racismo, enmarcada en la jornada estatal por el cierre de los Centros de Internamiento de Extranjeros.
Guancho Mateo, responsable de la Red de Inmigración de IU-Verdes en la Región, presente en la movilización, ha denunciado que “las políticas de marginación y exclusión, tanto en España como en Europa, están provocando que muchas personas migrantes sigan muriendo, no solo en el mar, sino también durante el trayecto migratorio y en estos centros de encierro, donde son tratadas como delincuentes sin haber cometido ningún delito”. Mateo ha subrayado que “estas personas migran porque buscan un futuro mejor, mientras en sus países de origen se sigue explotando a la población”.
