Este sábado 10 de mayo, la capital del Estado español fue escenario de una de las manifestaciones más multitudinarias en solidaridad con Palestina desde que comenzó la ofensiva genocida de Israel sobre Gaza en octubre de 2023. Más de 50.000 personas marcharon desde Atocha hasta la Puerta del Sol, convocadas por la Red Solidaria Contra la Ocupación de Palestina (RESCOP), con motivo del 77º aniversario de la Nakba, la catástrofe que marcó el inicio de la limpieza étnica del pueblo palestino en 1948.
La marcha, bajo el lema “Muévete por Palestina”, reunió a organizaciones sociales, sindicales, colectivos antirracistas, feministas, estudiantiles y partidos políticos de izquierda. En el acto final, portavoces de distintas plataformas leyeron un manifiesto conjunto que hizo temblar los cimientos de la hipocresía institucional española y europea.
Un genocidio con complicidades internacionales
“El sionismo pretende culminar la limpieza étnica que comenzó hace 77 años”, denuncia el texto leído en Sol. RESCOP acusó a Israel de sostener su régimen colonial sobre crímenes de guerra y de lesa humanidad, y señaló que “lleva 19 meses cometiendo crímenes indescriptibles con absoluta impunidad”, en referencia a la actual ofensiva en Gaza.
Además, el manifiesto conecta la opresión sobre Palestina con los grandes sistemas de dominación global: imperialismo, racismo, colonialismo, cisheteropatriarcado y capitalismo, afirmando que el régimen israelí no solo es un actor criminal, sino también un engranaje esencial de esas estructuras de poder.
España y la UE: socios del genocidio
Los portavoces de RESCOP no ahorraron críticas hacia el Gobierno español. “El Estado español sigue financiando directamente el genocidio contra el pueblo palestino”, denuncian. Y aunque reconocen que la presión popular ha obligado al Ejecutivo a adoptar gestos simbólicos —como el reconocimiento del Estado palestino—, los califican de “tímidos e insuficientes”.
El manifiesto exige con contundencia:
- La ruptura inmediata de todo tipo de relaciones con Israel (diplomáticas, comerciales, institucionales y culturales).
- Un embargo total de armas y la prohibición del tránsito de armamento por territorio español.
- Apoyo activo a las denuncias por genocidio y crímenes de guerra presentadas en la Corte Internacional de Justicia y la Corte Penal Internacional.
- Derogación de la Ley Mordaza y cese inmediato de la criminalización de la solidaridad con Palestina.
- Boicot total a Israel, en todas sus formas.
Estas demandas resuenan con fuerza en un momento en que la Corte Penal Internacional sopesa órdenes de detención contra dirigentes israelíes por crímenes de guerra, mientras el flujo de armas desde Europa hacia el régimen israelí continúa sin trabas.
La calle toma el pulso a la historia
“No es una guerra, es un genocidio”, “Desde el río hasta el mar, Palestina vencerá” o “Pedro, cómplice del genocidio”, fueron algunos de los gritos que acompañaron la movilización. El acto fue también una expresión de unidad entre pueblos: en las pancartas ondeaban también consignas en árabe, euskera, catalán y gallego, mientras colectivos racializados y migrantes marchaban en primera línea.
RESCOP cerró el acto con un mensaje claro: “Ha llegado el momento de dar un paso más. La movilización funciona. Es hora de aumentar la presión. No vamos a parar hasta ver justicia para Palestina”.