El Hambre en Gaza: Una Catástrofe Humanitaria que el Mundo No Puede Ignorar

Testimonios desde el infierno de Gaza: hambre extrema, silencio global y una humanidad que falla.

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Artículo por Yahya Zarhouni

En pleno siglo XXI, mientras algunas sociedades compiten por tener los teléfonos más caros o los coches más modernos, en Gaza, Palestina, miles de personas luchan cada día por sobrevivir. Mi amigo Mohamed me cuenta una realidad desgarradora: no hay agua potable, no hay comida, y sus hijos se despiertan cada mañana pidiendo alimento que él no puede conseguir.

La Crisis Alimentaria: Precios Inalcanzables y Desesperación 

Los mercados en Gaza están vacíos. Lo poco que hay tiene precios exorbitantes, diseñados para ser inalcanzables:

– 1 kg de arroz: 20$

– 1 kg de lentejas: 20$

– 1 litro de aceite: 45-50$

– 1 saco de harina (25 kg): 700$

– 1 Kg de leña: 2$

¿Cómo puede una familia que no recibe salarios, que vive bajo bloqueo, pagar estos precios? La respuesta es simple: no pueden. Mohamed me cuenta que la gente ha empezado a comer hojas de árboles, raíces de plantas y hasta arena para engañar al estómago. Las plantas silvestres casi han desaparecido, consumidas por una población desesperada.

El Silencio Cómplice del Mundo

Esta no es solo una crisis humanitaria; es un crimen contra la humanidad. Gaza, la tierra donde convivieron civilizaciones y religiones, hoy es una prisión al aire libre donde niños mueren de hambre mientras el mundo occidental, autoproclamado defensor de los derechos humanos, apoya activa o pasivamente al régimen que perpetúa este sufrimiento.

Los políticos que firman contratos de armas, los medios que distorsionan la realidad, y los ciudadanos que prefieren mirar hacia otro lado son cómplices. La historia registrará este genocidio silencioso, donde un pueblo es asfixiado lentamente: sin alimentos, sin medicinas, sin libertad. Bombardeados y aniquilados brutalmente .

¿Hasta Cuándo? Mohamed ya no llora; la desesperación lo ha dejado sin lágrimas. Sus hijos preguntan: «¿Por qué no tenemos comida?» y él no sabe qué responder. ¿Cómo explicarles que el mundo los ha abandonado?

Gaza clama justicia. No necesita limosnas, necesita libertad. Que pare el genocidio ya y la se levante el bloqueo, que termine la ocupación, que los derechos humanos no sean solo palabras bonitas en discursos políticos.

El hambre en Gaza es una herida abierta en la conciencia de la humanidad. Y quien calla, quien justifica, quien mira sin actuar, también tiene sangre en las manos.

— Por los que ya no tienen voz. Por los que comen arena. Por los que aún creen que el mundo puede despertar.

(Este artículo está basado en testimonios reales. Comparte, alza tu voz. Gaza no puede esperar.)
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