Desde laprotesta.es celebramos con alegría y compromiso la vuelta a la vida del Centro Social Okupado Autogestionado Kasablanka, un espacio emblemático de la huerta murciana que reabre sus puertas bajo el nombre de Kasablanka 3.0. En tiempos de normalización de la precariedad, consumo cultural anestesiado y represión de lo disidente, la reactivación de este tipo de espacios no es solo una buena noticia: es una victoria política.
La nueva asamblea que impulsa esta etapa ha comenzado de cero en lo digital, pero con la misma energía colectiva de siempre y con un horizonte claro: que Kasablanka vuelva a ser un lugar de encuentro, organización y vida comunitaria en manos de quienes lo habitan. Y eso significa, como han dejado claro, que todo va a cambiar: nueva forma de funcionar, nuevo impulso y una apuesta firme por la participación directa y sin filtros.
Según indican a través de un comunicado, estas son algunas de las claves de esta nueva etapa:
Asambleas abiertas, con fechas anunciadas públicamente: toda persona interesada está invitada a venir, proponer, construir.
Uso colectivo y transparente del espacio: se habilitarán canales abiertos para que cualquier persona o colectivo pueda proponer eventos, talleres, conciertos o actividades.
Transparencia en la autogestión: todo dinero recaudado para causas sociales se gestionará de forma abierta y compartida, sin jerarquías ni intermediarios.
El mensaje es claro: Kasablanka sigue siendo nuestro, vuestro, de todas. Un pedazo de huerta convertido en centro social, un espacio libre en el mapa del expolio, un refugio para quienes sueñan y actúan desde abajo.
Y para dejar claro que la autogestión no espera, este sábado 10 de mayo Kasablanka 3.0 estrena agenda con una tarde de música, caña y punk crítico:
THROLZ (Toulouse): banda de riot-punk como una ficha de lego que pisa el patriarcado y le revienta el dedo meñique.
MAMARRACHAS (Murcia): petardeo punk con aires ochenteros, antisexismo y actitud.
LA MERCURY BAND (Sierra de la Manchuela): agropunk directo del campo a tus oídos.
Bote voluntario para las bandas.
Desde laprotesta.es lo decimos alto y claro: los centros sociales autogestionados no son restos del pasado, son laboratorios del porvenir. Frente al individualismo neoliberal, estos espacios siembran colectividad; frente a la cultura de escaparate, producen creación crítica; frente al poder establecido, practican formas vivas de contrapoder.
Desde la organización apostillan, Kasablanka 3.0 no es solo un regreso. Es una declaración.
Nos vemos en la huerta.
Nos vemos en las asambleas.
Nos vemos donde se respira amor, humor y respeto.