Once mujeres asesinadas en lo que va de 2025: la Asamblea Feminista vuelve a señalar la violencia machista en la plaza de la Catedral

La concentración mensual de la Asamblea Feminista de Murcia recuerda los feminicidios cometidos desde enero y denuncia los discursos que blanquean la violencia estructural contra las mujeres.

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Un mes más, la plaza del Cardenal Belluga de Murcia volvió a convertirse este martes en el escenario de una denuncia colectiva. Convocadas por la Asamblea Feminista de Murcia, varias decenas de mujeres se concentraron bajo la consigna “Juntas contra las violencias machistas, ni una menos”, para recordar a las víctimas de feminicidio y exigir responsabilidad política, judicial y mediática ante una violencia que no cesa.

Durante el acto, se nombró a las once mujeres asesinadas por violencia machista en lo que va de 2025. Una por una, sus nombres se leyeron en voz alta mientras el silencio del resto de asistentes marcaba el peso de cada vida perdida:

  1. Karilena (31 de enero)

  2. Lina – Catalina – (9 de febrero)

  3. Doreen (3 de marzo)

  4. Eva (6 de marzo)

  5. Andrea (16 de marzo)

  6. Juana (19 de marzo)

  7. Diana (30 de marzo)

  8. Josefa (6 de abril)

  9. Marta (18 de abril)

  10. Rocío (24 de abril)

  11. Miriam (25 de abril)

Todas ellas fueron asesinadas por sus parejas o exparejas, en distintos puntos del país. “No son muertas, son asesinadas”, repitieron las organizadoras durante la concentración, que se celebra cada primer martes de mes como acto de memoria, denuncia y resistencia.

Tras la lectura del manifiesto y la clausura del acto, Ramona López, del Fórum de Política Feminista y del colectivo Más Mujeres, compartió con laprotesta.es su indignación por unas declaraciones recientes realizadas por un párroco de Alcantarilla. En una homilía esta misma semana, el sacerdote afirmó que “ya somos tremendamente libres” y que “hemos pervertido la sociedad”.

“Ese tipo de declaraciones no son anecdóticas”, advirtió López. “Contribuyen a un discurso que justifica la desigualdad, que niega la violencia estructural que sufrimos las mujeres, y que al final termina traduciéndose en más impunidad. Son discursos que arman al asesino, aunque se pronuncien desde un púlpito.”

López recordó que la violencia machista no es un fenómeno espontáneo, sino una construcción cultural sostenida por discursos y silencios cómplices.Cada vez que se niega la violencia machista, que se dice que ya somos iguales o que exageramos, se alimenta una narrativa que pone en duda nuestro derecho a vivir. Y eso en un momento en el que la ultraderecha gana terreno precisamente con ese tipo de mensajes: negándonos derechos, incluso el derecho a la vida.”

La Asamblea Feminista insiste en que las instituciones no pueden seguir tratándolo como un problema menor. Reclaman políticas públicas ambiciosas, más recursos para prevención y atención a las víctimas, educación afectivo-sexual en todos los niveles y una acción clara frente a los discursos que normalizan la violencia.

“Mientras nos sigan matando, no vamos a dejar la calle”, concluyeron.

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