Cuba vuelve a triunfar en la Asamblea General de las Naciones Unidas contra el bloqueo – pero crece la sombra de complicidad imperialista

El apoyo internacional a la resolución cubana sigue siendo abrumador —165 votos a favor—, aunque por primera vez en más de una década aumenta el número de países que se alinean con Washington y votan en contra.

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Fotografía que muestra el exterior de la sede de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en Nueva York (Estados Unidos). EFE/ Ángel Colmenares
Fotografía que muestra el exterior de la sede de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en Nueva York (Estados Unidos). EFE/ Ángel Colmenares
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La Asamblea General de las Naciones Unidas volvió a condenar este miércoles, por trigésimo tercera vez consecutiva, el embargo económico, comercial y financiero impuesto por Estados Unidos contra Cuba desde hace más de seis décadas. La resolución fue aprobada por 165 votos a favor, 7 en contra y 12 abstenciones, en una sesión que evidenció el creciente aislamiento moral de Washington, pero también la aparición de nuevas grietas en el bloque de solidaridad internacional con la isla.

Los votos contrarios correspondieron a Estados Unidos, Israel, Argentina, Paraguay, Hungría, Macedonia del Norte y Ucrania, mientras que entre las abstenciones destacaron las de Ecuador, Costa Rica y Letonia, entre otros.

Resultados de la votación celebrada este miércoles ante la Asamblea General ONU
Resultados de la votación celebrada este miércoles ante la Asamblea General ONU

Una condena casi unánime, pero con fisuras

Desde 1992, Cuba presenta cada año ante la ONU esta resolución que reclama el fin de las sanciones unilaterales. El texto, aunque no vinculante, refleja el consenso internacional sobre la ilegalidad del embargo, considerado por La Habana como un acto de “guerra económica” que ha causado daños estimados en más de 160.000 millones de dólares a lo largo de seis décadas.

En los últimos años, solo Estados Unidos e Israel habían votado en contra. Por ello, el salto a siete votos negativos representa un cambio político significativo. Analistas diplomáticos consultados por las agencias EFE y Reuters señalan que este viraje está directamente vinculado al alineamiento de algunos gobiernos ultraderechistas con la estrategia exterior de Washington.

No sorprende que Milei se sume a la ofensiva imperial contra Cuba; Argentina ha pasado a ser un peón más del bloque atlantista”, valoró un diplomático latinoamericano tras la sesión.

Fotografía de archivo del ministro de Asuntos Exteriores de Ucrania, Andrii Sybiha, en una rueda de prensa en Kiev. EFE/EPA/SERGEY DOLZHENKO
Fotografía de archivo del ministro de Asuntos Exteriores de Ucrania, Andrii Sybiha, en una rueda de prensa en Kiev. EFE/EPA/SERGEY DOLZHENKO

La guerra en Ucrania, usada como excusa

El caso de Ucrania fue especialmente llamativo. Su ministro de Exteriores, Andrii Sybiha, justificó el voto contrario alegando la “inacción” de las autoridades cubanas frente al “reclutamiento masivo” de ciudadanos de la isla por parte del ejército ruso.

Nuestro voto no es contra el pueblo cubano, sino contra la complicidad de su gobierno con la agresión rusa”, declaró Sybiha en la red X. La Habana, por su parte, negó categóricamente esas acusaciones y recordó que mantiene una política de neutralidad activa y de condena a toda forma de mercenarismo.

El uso de este argumento por parte de Kiev fue rápidamente amplificado por la diplomacia estadounidense, que aprovechó para endurecer su retórica y sostener que Cuba “amenaza la paz y la seguridad internacionales”, repitiendo viejos clichés de la Guerra Fría.

El bloqueo, una herramienta de asfixia imperial

Más allá de la retórica, el embargo sigue golpeando duramente a la población cubana. Las restricciones financieras impiden la importación de medicamentos, alimentos, tecnología y piezas de repuesto, incluso desde países terceros, debido a las sanciones extraterritoriales impuestas por Washington.

La representante cubana ante la ONU, Ana Silvia Rodríguez, denunció que el bloqueo “viola los derechos humanos de todo un pueblo” y constituye “el mayor obstáculo para el desarrollo económico de Cuba”.

Estados Unidos no solo ignora el clamor del mundo, sino que persiste en castigar a una nación por defender su independencia”, afirmó Rodríguez.

Un voto que retrata al mundo

El resultado de este año deja una lectura ambivalente: Cuba vuelve a obtener una victoria diplomática rotunda, pero el bloque imperial, aunque minoritario, gana visibilidad.

Con 165 apoyos frente a 7 votos en contra, el mundo reitera su rechazo al embargo. Sin embargo, la presencia de nuevos gobiernos alineados con Washington —como el de Javier Milei en Argentina— revela el intento estadounidense de recomponer un frente político que justifique la continuidad de su política hostil.

El imperialismo no renuncia a su estrategia de aislamiento, pero tampoco logra borrar la solidaridad de los pueblos”, sintetizó un delegado latinoamericano tras la votación.

La votación reafirma la dignidad de los pueblos frente al castigo imperial que pretende doblegar la soberanía cubana

El embargo contra Cuba cumple 63 años. En la ONU, vuelve a ser condenado de forma abrumadora. Pero la batalla política y moral sigue abierta: entre el derecho de los pueblos a decidir su destino y el empeño de Estados Unidos en castigar el ejemplo de un país que, pese a la asfixia económica, se mantiene de pie.

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