Tres murcianos en la Marcha Global a Gaza denuncian represión policial y apelan a la conciencia colectiva frente al genocidio en Palestina

José Megías, Enrique González y María Pérez se encuentran en El Cairo como parte de la Marcha Global a Gaza, bloqueada por las autoridades egipcias bajo una fuerte represión. “Estamos aquí enviados por quienes alzan la voz por la paz y contra el genocidio”, afirman.

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La Marcha Global a Gaza, que ha reunido a miles de personas de más de 50 países en Egipto para exigir el fin del asedio israelí y la entrada urgente de ayuda humanitaria a la Franja de Gaza, se encuentra en estos momentos paralizada. Las autoridades egipcias han prohibido cualquier tipo de movilización pública y están reprimiendo con dureza a quienes forman parte de la iniciativa, con detenciones, deportaciones y confiscación de pasaportes.

Desde El Cairo, tres murcianos participantes —José Megías, psicólogo, Enrique González, también psicólogo, y María Pérez, activista— denuncian la situación en la que se encuentran, compartiendo una mirada íntima, comprometida y esperanzadora pese al clima de represión.

“El viernes nos escapamos por unos minutos de ser detenidos en una concentración por los antidisturbios y el ejército. Actuaron con dureza retirando pasaportes, golpeando a algunas personas y subiéndolas a autobuses a la fuerza”, relata Megías, que junto a su compañero Enrique forma parte del grupo de apoyo sanitario de la marcha.

A pesar de que la esperada marcha a pie hacia el paso fronterizo de Rafah ha sido prohibida, el grupo no se da por vencido. Están impulsando espacios de contención emocional entre pequeñas agrupaciones de personas —de 3 a 8— para sostenerse colectivamente y generar nuevas formas de acción no violenta. “Estamos intentando ser creativos y ver cómo reconducir la situación. En este país no se pueden juntar más de 10 personas, pero estamos explorando vías desde el silencio, la escucha y el apoyo mutuo”, explica Mejías.

Enrique González, por su parte, subraya la dimensión global de la lucha: “Esta iniciativa está elevando la conciencia de la ciudadanía mundial sobre el sufrimiento del pueblo palestino y, en general, sobre las violaciones de la dignidad humana. No hemos venido a arriesgar nuestra seguridad, sino a mostrar que a través del diálogo y la acción no violenta podemos hacer visible esta tragedia y avanzar hacia soluciones.”

Desde su compromiso y vulnerabilidad, María Pérez ofrece una visión clara de su motivación: “Desde el primer momento que supe de la marcha quise participar. Tenía miedo por las represalias, pero más fuerte era el deseo de estar en primera línea pidiendo el desbloqueo de la ayuda humanitaria y el fin del genocidio. Esperamos que el mundo escuche. Free Palestine.”

Mientras las vías diplomáticas se activan y las delegaciones de los distintos países tratan de negociar con sus embajadas, los activistas continúan resistiendo desde la conciencia, la palabra y la presencia en un territorio que les es hostil. La represión no ha silenciado su voz, que sigue rompiendo fronteras con un mensaje claro: Paz, justicia y libertad para Palestina.

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