Crónica por Manel Aparicio.
San Javier, 10 de abril de 2025 – Organizaciones animalistas y activistas por el bienestar animal denuncian una nueva muestra de abandono institucional en la atención de animales en situación de riesgo en la Región de Murcia. La empresa Esprineco, encargada en varios municipios de la recogida y custodia de animales abandonados, vuelve a estar en el punto de mira tras el fallecimiento de una perra que deambulaba en estado crítico por una carretera de San Javier.
El caso fue expuesto públicamente durante el Pleno Municipal de San Javier, celebrado hoy, en el turno de Ruegos y Preguntas, por una concejal que relató con detalle lo ocurrido. Una vecina del municipio, alarmada por la presencia de una perra desorientada, posiblemente recién parida, llamó al 112 a media mañana para alertar de la situación. La perra, aparentemente de raza catalogada como PPP (Perros Potencialmente Peligrosos), presentaba un gran bulto en el abdomen y se encontraba en peligro de atropello o de causar un accidente.
Pese a reiteradas llamadas al 112 y a la Policía Local, la ayuda no llegó. Aunque se informó a la vecina que Esprineco ya había sido avisada, la empresa no acudió en todo el día. Finalmente, un vecino, movido por la urgencia, logró resguardar al animal en su casa y proporcionarle comida y agua. Lamentablemente, a la mañana siguiente, la perra falleció.
Solo entonces, tras el aviso de su muerte, apareció personal de la empresa para recoger el cuerpo sin vida. Una acción que ha indignado a vecinos y activistas por lo que consideran un patrón recurrente: la pasividad a la hora de rescatar animales vivos y el oportunismo en la retirada de cadáveres.
“Recoger un cuerpo inerte es más fácil que atender un animal con miedo, que sufre y puede resistirse. Pero eso no es cuidar, es administrar restos. Y eso no es lo que pagan las instituciones públicas ni lo que necesita nuestra sociedad”, ha declarado un vecino de la zona, portavoz de la Red de Protección Animal de un partido regional.
Las protectoras y colectivos animalistas deben exigir una investigación inmediata y pedir a los municipios que fiscalicen con firmeza los servicios contratados a empresas como Esprineco.
Asimismo, animar a la ciudadanía a recoger pruebas, documentar negligencias y denunciar cada caso de abandono institucional hacia los animales. “Los animales no pueden gritar. No tienen voz. Pero nosotros sí. Y la vamos a seguir utilizando hasta que se ponga fin a esta cruel cadena de indiferencia”, concluyen desde la Red de Protección Animal antes mencionada.