Opinión | Ángeles Sanmiguel
¿De qué sirve la renovación por un año de la Minurso (Misión de las Naciones Unidas por el Referéndum del Sáhara Occidental)?
¿Tiempo para colocar las fichas sobre el tablero de la usurpación total?
“Es el pueblo el que tiene que decidir y no las instancias de la Unión Europea, que si la ONU, que si no sé qué, ¡pero si no hacen nada!”, declara el analista político Alex Corrons.
¿De qué sirve la intervención de cualquier organismo narcótico-burocrático ajeno a la realidad de pueblos explotados y usurpados ante manejos premeditados con décadas de antelación?
“Pensaban que nos rendiríamos al pasar los años pero la paciencia es nuestra principal arma”, se escucha en el documental La puerta del Sáhara.
“El pueblo saharaui necesita lo mismo que el pueblo palestino y que todos los pueblos oprimidos del mundo, ser libres e independientes de cualquiera que venga a expulsarles de sus tierras, a robarles sus recursos, a torturarles y a encerrarles en campos de concentración. Vamos, ¡no se está pidiendo ningún milagro! Lo que se está pidiendo es que la gente pueda ser libre”, añade Corrons apostillando: “¡Creo que es sencillo!”
El treinta y uno de octubre del año en curso, nuevamente Naciones Unidas resolvió acelerar la ruina del pueblo saharaui. Con la resolución 2797 de 2025 —Rusia y China se abstuvieron en la votación— se dispone todo para facilitarle a Marruecos quedarse con el Sáhara Occidental.
“En el texto, la opción del referéndum no desaparece, pero ya no se considera como una condición sine qua non, sino como una opción”, informa la Federación Anarquista.
“No puede ser que se hayan perdido tantas vidas para nada, lo importante es que los saharauis tengan su independencia, si no, ir a la lucha”, afirma en el citado audiovisual de la cineasta canaria Susi Alvarado un anciano saharaui. “Mi tierra es mi tierra, aunque esté lejos de ella; y la recuperaremos”.
En dos mil veintidós, “el Gobierno de Pedro Sánchez, de manera unilateral y sin consultarlo previamente en sede parlamentaria, se posicionó con Marruecos e inició una nueva etapa en las relaciones bilaterales con la mirada puesta en la migración”.
“Si estamos todas de acuerdo en que Putin es un déspota y que la invasión de Ucrania es un acto criminal, no lo es menos la invasión del Sáhara. Tampoco es menos dictador Mohamed VI que otro, sólo por ser aliado de la OTAN”, publica la Secretaría de Exteriores del Comité Confederal del sindicato anarquista español CNT (Confederación Nacional del Trabajo).
El Sáhara Occidental exige el referéndum de autodeterminación que España se comprometió a llevar a cabo.
Hace cincuenta años, a seis meses de la muerte del dictador Franco, ya “se especula que entre Marruecos y Mauritania se haya llegado a un acuerdo secreto para el reparto del Sáhara”, según crónica recopilada por el periodista conquense Jesús de las Heras y el escritor madrileño Juan Villarin.
Hace cincuenta años, el catorce de noviembre de mil novecientos setenta y cinco, España, Mauritania y Marruecos firmaron el Acuerdo Tripartito de Madrid. Promesas, protocolos y pactos todo traficado. En tal fecha, seis días antes de la muerte del dictador Franco, España cedía el territorio saharaui a Marruecos y Mauritania. ¿Dónde quedó la condición pactada de realizar el referéndum de autodeterminación del pueblo saharaui?
“¡Sí, podemos! La independencia del Sáhara occidental es posible y necesaria. ¡Noviembre –de dos mil veinticinco- a Madrid! CEAS Sáhara (Coordinadora Estatal de Asociaciones Solidarias con el Sáhara)”, difunde la CGT (Confederación General del Trabajo). “La propuesta de autonomía marroquí… anula el derecho saharaui a existir como Estado-Nación libre”, siendo apoyada por Donald Trump y “el genocida líder israelí Benjamín Netanyahu”, añade la organización anarcosindicalista.
¿Por qué España no ha cumplido con la promesa hecha al pueblo saharaui de llevar a cabo el referéndum de autodeterminación estipulado por los tribunales internacionales? ¿Tendrá algo que ver el pago por compensación, durante cuatro años, prometido por Marruecos a España, -o a su egregio representante oficial-, por no molestar?
“La resolución de Naciones Unidas había sido clara y terminante: Autodeterminación para el territorio”. La corte de la Haya sentenció que “Marruecos no tiene ningún vínculo con el Sáhara ni con su gente”, tal como declara una docente saharaui, y tampoco lo tiene Mauritania.
¿Francia en la pomada y el presidente Giscard d´Estaing, “compañero” de Hassan II, interviniendo en la trama del Sáhara Occidental?
Hace cincuenta años, horas antes de comunicar la muerte del dictador Franco, “la ciudad de Smara, en territorio saharaui administrado por España, era bombardeada por Marruecos. En sectores militares se habla de traición directa de Juan Carlos al pueblo saharaui y, por extensión, al Ejército español”, afirma “Munadil” digital (una de las organizaciones que apoyan la causa saharaui), donde se lee “Bildu, Sumar y Podemos exigen a Sánchez que rectifique y recupere el apoyo al derecho de autodeterminación del Sáhara Occidental”.
¿Qué pasará cuando el interés marroquí se centre en el monte submarino Tropic, arsenal de minerales raros, al suroeste de la isla de El Hierro?
“El párrafo 162 del dictamen de la Corte Internacional de la Haya dice que la forma de resolver el conflicto es mediante la celebración de un referéndum de autodeterminación”, especifica Juan Francisco Soroeta, profesor de Derecho Internacional Público de la Universidad del País Vasco, en el documental Sáhara Occidental: Memoria de una resistencia. “Ni Marruecos ni Mauritania tienen ningún título jurídico sobre el territorio”.
De ser la provincia cincuenta y tres del Estado español desde mil novecientos cincuenta y ocho, -el llamado Sáhara Español-, que se estudiaba en los colegios, que tenía emisión filatélica, que tenía vehículos matriculados con el acrónimo SH y que la población nativa poseía DNI (documento nacional de identidad), ha pasado a ser, tras cincuenta años, moneda de cambio para una España aún potencia administradora del territorio donde Marruecos ha levantado muros de la “vergüenza” fuertemente militarizados de más de dos mil setecientos kilómetros.
Poco más de un año después de la muerte del dictador Franco se proclamaría la República Árabe Saharaui (RASD) reconocida por más de ochenta y cuatro países, siendo el primero Madagascar.
¡Hace cincuenta años…!
“…He venido para saludaros y vivir unas horas con vosotros, con vuestro espíritu, vuestra disciplina y vuestra eficacia… España cumplirá sus compromisos y tratará de mantener la paz”, declaraba en el Aaiún, dieciocho días antes de la muerte del dictador Franco, el entonces “Príncipe de España” Juan Carlos, -actualmente “el emérito”-, mientras se desarrollaba la Marcha Verde en el Sáhara, tal como rememora el escritor gaditano José Oneto. “Madrid, no cederá al chantaje”. ¿Madrid? ¿No España? “Pero la decisión del Príncipe da un giro de ciento ochenta grados y, mientras Franco expira, y oyendo más intereses de grupos que tienen conexiones con Marruecos que a otros que pretenden llevar hasta el final los compromisos pactados”, el Borbón hace primar los/sus negocios sobre la decisión del dictador quien públicamente concluiría: “El pueblo saharaui es el único dueño de su destino y nadie tiene derecho a violar su voluntad…El pueblo saharaui es propietario de sus riquezas y recursos naturales”.
“Marruecos es potencia de ocupación del Sáhara Occidental”, reconoce el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TSJUE), tal como informa el autor zaragozano Enrique Gómez.
Han pasado cincuenta años y el pueblo saharaui sigue martirizado. ¿Cuál será el siguiente movimiento? En los años setenta Hassan II, refiriéndose al “asunto de Ceuta y Melilla”, proclamó que se hibernaría, “por el momento”. ¿Hasta qué momento? ¿El siguiente al canje?
Hace cincuenta años, trescientos cincuenta mil marroquíes, por orden del monarca alauita, fueron arrastrados a la denominada Marcha Verde, -de la “liberación”-, faltaban catorce días para la muerte del dictador Franco. Ese mismo jueves, el Consejo de Seguridad de la ONU manifestaba: “1) Deplora la realización de la marcha. 2) Insta a Marruecos a que retire inmediatamente a todos los participantes de la marcha del territorio del Sáhara Occidental”.
Hace cincuenta años, los fosfatos saharauis acabaron en manos de Marruecos y Francia mientras que, posteriormente, a la exministra de Asuntos Exteriores de España, militante del PP, la colaron en el consejo de administración de la nueva administración por la archiconocida puerta giratoria política, “con el fin de defender que el territorio del Sáhara Occidental forma parte de Marruecos”.
Hace cincuenta años ¡en Madrid! se guisaron los ingredientes precisos en una olla a presión que pitaba por la agonía del nombrado “Generalísimo”. Ahmed Laraki, ministro de Asuntos Exteriores de Marruecos, Arias Navarro, –“el carnicero de Málaga”-, Cortina, ministro de Asuntos Exteriores de España, el secretario general de las Naciones Unidas, Kurt Waldheim, y los ministros de Argelia y Mauritania estuvieron en la cocina contando con el arsénico adobo de Kissinger, consejero de Seguridad Nacional estadounidense.
Llegaron los ataques marroquíes y para sobrevivir las víctimas huyeron de su tierra refugiándose en Argelia, su país defensor.
Al abordar el tema de la inmigración: ¡Menos lobos ultra-Caperucitas!
Hace cincuenta años, a catorce días de la muerte del dictador Franco, las tropas españolas del Sáhara Occidental quitaron las bombas que unos días antes les habían mandado colocar en la frontera norte del entonces Sáhara Español, contentando así al monarca marroquí. Un año y tres meses después de la muerte del dictador Franco, España abandonó completamente el Sáhara Occidental y hace cinco años, el veinte de noviembre de dos mil veinte, Marruecos violó el alto el fuego en la franja de Guerguerat; desde entonces la violencia continúa.
“El presidente Trump ha revelado, una vez más, su desprecio por el derecho internacional y los derechos humanos básicos al reconocer oficialmente la ocupación criminal y brutal del Sáhara Occidental por Marruecos”, declaraba el filósofo estadounidense Noam Chomsky en The New York Times. “Ha sido claramente un regalo para Marruecos a cambio de su aceptación de la solicitud de Trump de reconocer la ocupación criminal y brutal por Israel de Cisjordania palestina”, añade el también lingüista.
“Lo importante es que los saharauis tengan su independencia, si no, ir a la lucha, los saharauis nunca hemos mendigado”, afirma el mencionado anciano. “Nuestra vida siempre ha sido nuestra tierra, siempre hemos sido gente de ganado, de camellos, de cabras, gente de paz”, añade una mujer sin alegría en la mirada. Hay niños y niñas que viven con familias de acogida en Canarias comunicándose telefónicamente con su familia, escuchando canciones saharauis y reuniéndose para tomar el té.
En pleno apogeo de su dictadura, Francisco Franco sentenciaría lo que es un claro aviso de cara a dos mil veintisiete: “Son ministros: yo les mando y ellos obedecen”.

















