La Última Frontera: Alcantarilla o el Desguace Silencioso de lo Público

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Murcia, España – 22 de Octubre 2025.

Detrás de los 150 euros que separan el éxito del fracaso no hay una meta, sino una trinchera. La campaña de crowdfunding Contigo la Coordi Resiste de la Coordinadora de Barrios de Alcantarilla agoniza en su recta final, y con ella, se juega la continuidad de programas que son el último dique de contención para decenas de familias frente al abandono escolar, la pobreza crónica y la exclusión social.

A las 23:59 del viernes 24 de octubre se cierra el plazo. El primer objetivo económico está al alcance, pero la organización insiste en que esto no es el final, sino el pulso inicial contra una indiferencia que amenaza con ahogar lo común. Mientras, el proyecto educativo y comunitario, una red de refuerzo escolar, educación en valores y acompañamiento familiar, se aferra a la solidaridad ciudadana en una carrera contrarreloj.

El verdadero coste: la luz que no se ve

La partida no es solo para material escolar o actividades. Es para lo que nunca se menciona en los discursos políticos pero sin lo cual todo se derrumba: la luz que ilumina las clases, el agua que se bebe, el internet que conecta con el mundo y el trabajo especializado que impide que una vulnerabilidad se convierta en una condena.

“Lo que tú lees como niños y niñas, para nosotras tiene nombre, apellidos, lágrimas y sonrisas”. Esta frase, lanzada como un dardo por la campaña, define la batalla: la diferencia radical entre entender la exclusión como un concepto abstracto y conocerla como una realidad con olor, sueños y heridas.

La fatiga del compromiso y la violencia de lo institucional

El obstáculo no es solo la falta de euros. Es el desgaste de empujar siempre contra la puerta cerrada de las instituciones. Es el peso de una violencia burocrática que, con su silencio y su inercia, desmantela sistemáticamente el tejido social que previene crisis mayores. “Son muchas las causas que llevan a no responder a nuestra solicitud, y solo una para hacerlo: la voluntad de ser de los que empujan”, señalan desde la organización. Esta es la cruda ecuación: la voluntad política como un bien escaso.

Solidaridad selectiva: la batalla silenciosa frente al ruido global

En un mundo donde la solidaridad es global y, a menudo, selectiva, Alcantarilla libra su guerra en silencio. Mientras grandes causas internacionales acaparan focos y recursos, la plataforma de microdonaciones Teaming de la Coordinadora se sostiene con apenas 30 teamers, un ejército modesto de un euro al mes, frente a los miles que apoyan otros proyectos. Esta es la otra brecha: la de una sostenibilidad comunitaria que lucha por no ser un eslogan vacío.

Más allá del crowdfunding: la resistencia con nombre de mujer

La campaña no muere el viernes. Hasta diciembre, la resistencia se articulará a través de mercadillos de artesanía y segunda mano, la venta de lotería navideña y otras propuestas impulsadas mayoritariamente por las madres del proyecto. Son ellas, las primeras trincheras de la dignidad, quienes convierten la urgencia en acción y el miedo en perseverancia.

La pregunta final que la campaña lanza a la ciudadanía no es solo una petición de fondos, sino un interrogante político y moral que define el modelo de sociedad que se desea construir: ¿Vale la pena mantener abierta una organización que transforma vidas concretas, que es el antídoto vivo contra la desesperanza?

La cuenta atrás ha comenzado. En Alcantarilla, no se decide solo el futuro de unos proyectos, sino la respuesta a una pregunta incómoda: ¿Cuánto vale, en euros y en dignidad, salvar el mundo que pisamos?

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